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Por Alfredo García Almeida*
El pasado domingo, al Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria (CNSP) que gobierna en Niger, reforzó el dispositivo militar y de seguridad incluyendo el cierre del espacio aéreo, al cumplirse el ultimátum dado por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDAO) para restaurar en el cargo al derrocado presidente, Mohamed Bazoum, y restablecer el orden en el país, bajo la amenaza de una intervención militar.
En un comunicado, el Consejo acusó a la CEDAO de haber completado “la planificación de la guerra” contra su país, afirmando que “dos países de África central” empezaron con un “predespliegue” de sus tropas, sin decir cuáles, y advertir que “sigue con atención los preparativos de esta guerra por delegación”. Asimismo, acusó a “una potencia extranjera”, sin citarla, de preparar “una agresión” contra su país en coordinación con la CEDAO. Sin embargo, trascendió que en la CEDAO no hay unidad. Nigeria, Benín, Costa de Marfil y Senegal, están a favor de la intervención militar. Mali, Burkina Faso, Guinea-Conakri, Argelia y Chad, en contra.
En medio de la tensa situación y sin anuncio previo, llegó a Niger, la polémica, Victoria Nuland, subsecretaria interina del Departamento de Estado, para reunirse con el gobierno de facto. Nuland es considerada un halcón en el gobierno del presidente, Joe Biden, arquitecta del golpe de Estado en Ucrania que derrocó en 2014 al presidente ucranio, Vicktor Yanukóvich, durante el gobierno de Obama-Biden, origen del conflicto en Ucrania.
“Las conversaciones fueron extremadamente francas y en ocasiones, bastante difíciles”, declaró Nuland, explicando que se había reunido durante unas dos horas con el jefe de Defensa de la junta, Moussa Salaou Barmou, y otros tres generales. Según la controversial diplomática, “Barmou ha mantenido a lo largo de su vida una relación cercana con Estados Unidos, por haber ejercido como jefe de las fuerzas especiales de Níger, por lo que ha trabajado en coordinación con las fuerzas armadas estadounidenses” (…) “Nosotros estamos presionando para que haya una solución negociada, pero no fue fácil lograr avances allí”.
A Nuland le fue negado reunirse con el líder de la Junta militar, general, Abdourahamane Tchiani, y con el expresidente, Mohamed Bazoum. Desde el golpe de Estado, Washington congeló más de 1.000 millones de dólares en programas de asistencia a Niger, “hasta nuevo aviso”.
El pasado martes, el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, se declaró en favor de “mantener la vía diplomática para intentar solucionar la crisis generada por el golpe de Estado militar en Níger”; y recalcó el apoyo de Washington a los esfuerzos a nivel regional. “Respaldamos los esfuerzos de la CEDAO, para restablecer el orden constitucional en Níger”, afirmó Blinken, en una entrevista con Radio France International (RFI), quien eludió pronunciarse sobre el futuro de los mil soldados norteamericanos destacados en Níger.
“Lo esencial es el retorno al orden constitucional, que es en lo que estamos trabajando. Después veremos”, concluyó. La presencia de Nuland en el conflicto de Niger, confirma la inminencia de una intervención militar.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.