Netanyahu es un lastre alrededor del cuello de Biden para la reelección de este a la presidencia.
Por Alfredo García Almeida*
“Netanyahu es un lastre alrededor del cuello de Biden”, es el titular de un artículo del periódico británico, The Financial Times, el pasado 1 de noviembre. Sin embargo, el análisis escrito por Edward Luce, editor nacional y columnista del Times en Estados Unidos, no deja claro si la intención es condenar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, o favorecer al presidente, Joe Biden, en su carrera electoral.
Lo cierto es que la guerra entre Israel y Hamás, se ha convertido en un inesperado dilema para la reelección de Biden a la presidencia. Si su “salto mortal sin malla” apoyando a Netanyahu en su ataque contra la Faja de Gaza, buscaba garantizar el voto judío en EEUU, el desenfreno y agresividad demostrado por el ultraderechista líder israelí, puede traerle resultados contrarios a lo esperado.
La relación de “odio y amor” entre Biden y Netanyahu, data del gobierno de Barack Obama (2009-2017) cuando Biden se desempeñaba como vicepresidente. La alianza israelí con la ultraderecha republicana humilló a Biden en varias ocasiones, con su política colonizadora en los territorios palestinos ocupados y el sabotaje contra el acuerdo del programa nuclear con Irán.
La primera acrobacia política de Biden, fue apoyar el “exterminio” de Hamás, “instando” a Netanyahu a seguir las “normas de la guerra”. “Joe Biden, ha ligado su fortuna a un hombre, Benjamín Netanyahu, que es cocreador del espantoso dilema al que se enfrenta ahora Israel. El problema con la estrategia del abrazo de oso de Biden, es que no tiene veto sobre las acciones del primer ministro israelí. La herramienta que maneja Biden es la influencia. Todo lo relacionado con Netanyahu, sugiere que la persuasión entre bastidores, no es un método que funcione”, afirma Luce, cuando para nadie es secreto que la histórica alianza estratégica de EEUU con Israel, va mucho más allá del umbral de “influencia”.
Sin embargo, el viaje de Biden a Israel para mostrar personalmente apoyo a Netanyahu y el eufórico agradecimiento del primer ministro israelí, que dio la vuelta al mundo en titulares de los medios, ha comprometido a Biden con el desastre humanitario provocado por Netanyahu en Gaza más de lo esperado.
La última pirueta de Biden, fue reiterar el derecho de Israel a la “autodefensa” y proponer “pausas humanitarias” para proteger “civiles” y el envío de ayuda al territorio palestino. En su tercer viaje a Tel-Aviv desde el inicio de la guerra, el secretario de Estado, Antony Blinken, al referirse al tema, durante su entrevista con Netanyahu el pasado 3 de noviembre, propuso las “pausas humanitarias”, rechazado enérgicamente por el primer ministro israelí.
No obstante la desestimación de Netanyahu, Blinken viajó a Jordania y se reunió el pasado sábado en Amán con los cancilleres de Jordania, Arabia Saudita, Catar, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y un representante de la Autoridad Palestina, donde repitió la oferta de Biden, recibiendo apoyo de los cancilleres árabes.
Es de esperar que la insistencia de Blinken para blindar la política electoral de Biden, haga reverdecer la vieja alianza de la ultraderecha israelí-republicana contra el presidente estadounidense, lo que repercutirá en el proceso electoral de EEUU.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.