Imagen ilustrativa tomada de Palestinalibre.org
Por Alfredo García Almeida*
El compromiso del Partido Republicano y el Partido Demócrata con el colonialismo israelí en los territorios palestinos, se hizo notorio en la década de los 70 del pasado siglo, cuando el presidente republicano, Richard Nixon, acudió al rescate de Israel después que los Ejércitos de Siria y Egipto, intentaron recuperar por la fuerza los territorios palestinos en el Sinaí y los Altos del Golán, ocupados por Israel desde la guerra de los Seis Días en 1967, conocida como la “Guerra de Yom Kipur”.
El presidente, Nixon, ordenó la “Operación Nickel Grass” con el envió a Israel de aviones cargados con tanques, M60 Patton, helicópteros CH-53 Sea Stallion, proyectiles, armas e incluso 25 aviones de combate F-4 Phantom, supliendo las perdidas aéreas israelíes de los primeros días de la guerra. El solidario gesto de Nixon con Israel, pasaría a la historia, elevando el nivel estratégico de la alianza entre Washington y Tel-Aviv en el Medio Oriente, que dura hasta la fecha.
En esta ocasión, el presidente demócrata, Joe Biden, tras el ataque de la organización insurgente palestina, Hamás, el pasado 7 de octubre, pronunció su famoso discurso de “No”, dirigido a Hezbollah y al Gobierno iraní y ordenó el envío de los grupos de ataque de los portaaviones, Ford y Eisenhower al Mediterráneo oriental, así como el inicio de constantes flujos de proyectiles de tanques y artillería, kits JDAM, para bombas inteligentes, misiles Hellfire para la flota de helicópteros de ataque Apache y herramientas destructoras de búnkeres, transportado a Israel en aviones o en barcos para luchar contra Hamás y prepararse para una eventual guerra con Hezbolá en El Líbano.
Biden y Netanyahu se conocieron hace cuatro décadas en Washington, cuando Biden era un joven senador interesado en política exterior y Netanyahu el segundo en la embajada de Israel en EEUU. La identificación de Biden ha sido siempre con Israel y no con político alguno. Biden se ha confesado como un creyente del “derecho de Israel a existir y que EEUU, debe seguir comprometido con ello”.
Las discrepancias de Netanyahu con Biden, tienen su origen en las negociaciones y firma del acuerdo nuclear con Irán en julio de 2015, con el cual Netanyahu se sentía traicionado por Washington. Siendo vicepresidente, Biden abogaba por dos Estados, como solución al conflicto israelí-palestino. Netanyahu humilló a Biden varias veces, con el aumento de la colonización israelí en los territorios palestinos, durante sus visitas a Israel. Tras el retiro del acuerdo con Irán del entonces presidente, Donald Trump, al ser elegido presidente, Biden anunció su intención de recuperar el acuerdo con Irán, lo que ha contribuido a reverdecer la vieja confrontación con la guerra en Gaza.
Sin embargo, las diferencias públicas entre ambos líderes, no son de principios, sino con fines electorales. Según expertos, la alianza estratégica, Washington-Tel-Aviv, cuenta con varios órganos conjuntos permanentes de seguridad, inteligencia y estrategia, los que se reúnen regularmente para discutir temas de interés común. Trascendió que con el tiempo, estos comités han desarrollado un profundo entendimiento estratégico, que poco depende de quién esté a cargo en la Casa Blanca o en la residencia del primer ministro en Jerusalem. La política imperialista de EEUU, es bipartidista.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.