¡Redimir Haití!

بقلم: María Candela
2024-03-09 09:47:41

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Imagen ilustrativa

Por Alfredo García Almeida*

“Cuando en un país existen condiciones objetivas y subjetivas para una revolución, si la vanguardia política no toma la iniciativa, la explosión social puede ocurrir en el momento más inesperado, liderado por las personas menos indicadas”, reflexionó un curtido líder cubano a principios de la década de los 60 del pasado siglo.  

¿Qué pasa en Haití? El 3 de marzo, el Gobierno declaró el “Estado de Emergencia” y el “Toque de Queda”, por un período de 72 horas renovable, debido a la “degradación de la seguridad” por los ataques a dos cárceles, donde las bandas armadas consiguieron liberar unos 3.696 reclusos en una y otros 1.400 reclusos en otra, lo que generó un caos político y social en la capital haitiana. Casi 15.000 personas fueron obligadas a abandonar sus hogares en los últimos días y 10 sitios que albergaban a desplazados internos, fueron desalojados durante el pasado fin de semana, según la ONU.

Los tiroteos provocaron el pánico, después de que el líder pandillero, Jimmy Cherizier, más conocido por su alias, “Jimmy Barbecue”, llamara a las bandas a unirse a él para derrocar al primer ministro, Ariel Henry, de viaje en Kenia, coordinando una misión que supondría el envío de 1.000 policías a Haití con el apoyo económico de EEUU y Canadá.

Jimmy Chérizier, de 47 años, expolicía, con un polémico historial y satanizado por los medios, es el líder de la banda más “peligrosa” de Haití: la llamada G-9, una alianza formada en 2020 por nueve grupos armados, que tiene el apoyo de varias pandillas. Chérizier se presenta como el “salvador del país” y no un “gángsters”: “Es el sistema contra el que estoy luchando. Tienen mucho dinero y tienen el control de los medios”, declaró en una entrevista a Al Jazeera en 2021. Chérizier tiene como objetivo, derrocar al presidente, Ariel Henry, en lo que describió como, “el comienzo de una revolución protagonizada por la alianza de bandas conocida como, Viv Ansanm, (Vivir Juntos).

Haití proclamó su independencia el 1 de enero de 1804, tras un exitoso proceso revolucionario iniciado en 1791, con una insurrección armada contra Francia, la potencia colonizadora. Una oscura historia de sabotaje y bloqueo al comercio haitiano, como respuesta a su gesta emancipadora por parte de Francia y otros países europeos, primó durante todo el siglo XVIII, frenando el desarrollo del país caribeño. Al comienzo del siglo XIX, el naciente imperialismo norteamericano, ocupó y saqueó Haití entre 1914 y 1934.

Después de un período de sangrientas dictaduras, en 1991, el sacerdote salesiano, Jean-Bertrand Aristide, resultó el primer presidente elegido democráticamente en la historia de Haití, con más del 60% de los votos. Sin embargo, 7 meses después de ocupar la presidencia, Aristide, fue derrocado por una junta militar apoyada por EEUU.

El resto de la historia moderna de Haití, es resultado del despiadado castigo de las grandes potencias que incubaron la actual situación revolucionaria de la nación caribeña. De haber sido aprovechada la oportunidad de “democracia autóctona” que representó el presidente, Aristide, con el poder e influencia de EEUU, Francia y Canadá en la ONU, Haití fuera hoy, un próspero y pacífico país caribeño.

* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.  

 

 

 

 



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