Imagen ilustrativa tomada de unotv
Por: Alfredo García Almeida*
La reciente reunión entre el presidente, Joe Biden, y el primer ministro británico, Keir Starmer, en la Casa Blanca, y la insistencia del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, sobre la autorización de Washington y Londres para “poder atacar objetivos militares dentro de la Federación Rusa”, refleja sin disimulo, el crudo escenario de EEUU y Reino Unido, como comandantes de la guerra “proxis” contra Rusia.
El presidente ucranio, recordó que transmitió con detalle este argumento al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y al ministro de Exteriores británico, David Lammy, durante su visita a Kiev del pasado miércoles. “Después de nuestra conversación, pienso que no quedan preguntas sin responder sobre por qué Ucrania necesita suficientes capacidades de largo alcance”, agregó Zelenski.
Antes de la reunión, los dos mandatarios se esforzaron por mostrarse alineados: “A menudo he dicho que no hay ningún asunto de trascendencia mundial, en el que Estados Unidos y el Reino Unido no puedan trabajar juntos y en el que no hayan trabajado ya”, comentó Biden, para pasar a hablar de Ucrania: “Quiero agradecer el liderazgo del Reino Unido en este frente. Estados Unidos se compromete a estar a su lado para ayudar a Ucrania a defenderse de la agresión rusa. Está claro que Putin no prevalecerá en esta guerra. El pueblo de Ucrania prevalecerá”, añadió.
Por su parte, Starmer, subrayó el carácter de “grandes aliados” de ambos países, con una “relación especial”. Sobre Ucrania, dijo: “Creo que las próximas semanas y meses, podrían ser cruciales. Es muy, muy importante que apoyemos a Ucrania, en esta guerra vital por la libertad”.
En ese marco se desarrolló la conversación sobre Ucrania. Trascendió que aunque la reunión entre Biden y Starmer, terminó sin anuncios trascendentes, sin mencionar el tema de los misiles, “reafirmaron su apoyo inquebrantable a Ucrania”; y ambos expresaron su “profunda preocupación” por el suministro de armas letales a Rusia por parte de Irán y Corea del Norte y por el apoyo de China a la base industrial de defensa rusa, en un comunicado de la Casa Blanca al final del encuentro, mención que según expertos, podría justificar la escenificación “autonómica” de Zelensky, en la reiterada petición de autorización para atacar territorio ruso en profundidad, y dicho sea de paso, la subordinación a EEUU y Reino Unido.
No se descarta la discusión de los términos, en lo que ambas potencias podrían autorizar a Ucrania usar sus misiles, Storm Shadow, en el interior de Rusia. Los misiles guiados británicos, necesitan de datos de los satélites y otras tecnologías estadounidenses, por lo que ambos mandatarios necesitan el respaldo mutuo para la toma de esa decisión.
El lenguaje del comunicado, comprensible solo entre expertos, que implica la posibilidad de que se levanten las restricciones a Kiev, que impiden golpear objetivos a una distancia mayor de unos 100 kilómetros de la frontera rusa, encendió los focos rojos en Moscú. Los medios estatales rusos, transmitieron una advertencia del presidente, Vladímir Putin: “Una supuesta autorización para el uso de esos misiles sin esas restricciones, supondría que los países de la OTAN, incluido Estados Unidos, estarían en guerra con Rusia”.
* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.