Gaza es tierra arrasada.

Por: Arelys García Acosta*

El ejército de Israel ha convertido la Franja de Gaza, en Palestina, en un cementerio, en tierra arrasada, literalmente. Aunque el enemigo declarado es el grupo Hamas, el primer ministro Benjamín Netanhayu se ha propuesto dejar escombros y polvo cada hospital, cada escuela, casa vivienda palestina.

Cálculos -para algunos analistas- conservadores dan cuenta de más de 43 300 palestinos muertos y unos 102 000 heridos, luego de la incursión de Hamas en las fronteras de Israel el 7 de octubre de 2023. Hoy por hoy, las autoridades palestinas notifican más de 10 000 desaparecidos. Decir “desaparecidos” equivale, por ejemplo, a no dar señales de vida; a quedar atrapado entre los restos de lo que un día fue un edificio; desaparecido en Palestina hoy es sinónimo de muerte.

Sin miramiento alguno, sin compasión alguna, Israel sigue empecinado en anexarse el territorio palestino. Lleva décadas en ello, y nada le importa y nada lo detiene. Y persiste en ese objetivo porque se siente intocable; intocable por la protección que ha recibido, desde siempre, por Estados Unidos; mejor, por las sucesivas administraciones estadounidenses, las cuales han ejercido el derecho al veto ante cuanta resolución de condena a Israel ha sido evaluada en el seno del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU). En otros términos, Washington ha devenido el padrino permanente de Tel Aviv.

Justamente, el 2 de diciembre de 1977, la Asamblea General de la ONU declaró el 29 de noviembre como el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, en conmemoración de la fecha en la que este organismo aprobó la resolución sobre la partición de Palestina.

Frente a tanta impunidad, frente a tanta masacre, Cuba jamás ha callado. En correspondencia con ese actuar, el 21 de febrero pasado,  nuestro país exigió un pronunciamiento en los términos jurídicos más claros, contundentes y enérgicos, en defensa del Derecho Internacional, sobre los crímenes cometidos por Israel contra el pueblo palestino, ante la Corte Internacional de Justicia, en La Haya.

En ese órgano, Cuba abordó los elementos jurídicos para determinar la responsabilidad de la potencia ocupante y la de los demás actores internacionales involucrados, así como las implicaciones legales que deberían corresponder a tales actos u omisiones intencionales.

Nada sorprende de la posición de Cuba, de su pueblo, incluido, claro está, el espirituano, el que ha hecho suya la prédica de José Martí, quien advirtió: “Ver un crimen en calma es cometerlo”.

*corresponsal de Radio Habana Cuba en Sancti Spíritus