Agencia Cubana de Noticias entrevista a Josefina Vidal Ferreiro

بقلم: Julio Pérez
2016-01-12 07:03:44

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foto:ACN

¿Cuáles serán los derroteros de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos en 2016? ¿Cuánto se ha avanzado? ¿Qué temas estarán capitalizando la agenda entre los dos países? Sobre todo ello conversamos con Josefina Vidal Ferreiro, directora general de EE.UU. de la Cancillería.

Desde que fuera a estudiar a la Unión Soviética en 1979 la vida de Josefina Vidal Ferreiro ha estado estrechamente ligada a la cultura, la lengua y al acontecer político y académico de Estados Unidos.

Habla sin exaltarse, aunque diga las cosas más duras. Explica de forma comprensible los temas más complejos. Sus habilidades comunicativas deben haberle servido de mucho en la labor de comandar los diálogos con representantes del gobierno de Washington durante el último año, primero para el restablecimiento de relaciones diplomáticas y luego en el camino hacia la normalización de vínculos con nuestro país.

En busca de respuestas llegó la Agencia Cubana de Noticias (ACN) hasta su oficina en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
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–A poco más de año del 17 de diciembre de 2014, ¿continúa siendo optimista?

–Sigo trabajando con una alta dosis de impulso y de optimismo, pero comienza a incidir sobre mí cierta cuota de realismo porque viene un proceso electoral en Estados Unidos; no sabemos qué va a pasar.

“Queda un año para trabajar con esta administración y del lado de Cuba hay voluntad de seguir avanzando y vemos posibilidades de hacerlo. Pero es un año que se acorta por la campaña electoral; políticamente hablando llega hasta el verano”.

“Hay variables fuera de nuestro control, pero continuaremos con la convicción de que Cuba y Estados Unidos no tienen otro destino que una convivencia respetuosa, pues, la vida lo ha demostrado, la confrontación no beneficia a nadie”.

–¿Podría ser reversible el proceso?

–He leído con interés a académicos e intelectuales, incluso miembros del Congreso de Estados Unidos, quienes categóricamente afirman que el proceso es irreversible. No sería tan absoluta. Hay aspectos que lo son.

“No imagino a un nuevo presidente, sea quien sea, diciendo que romperá relaciones con Cuba y cierre su embajada. Hay otros temas en los que podrían retroceder, como la cooperación en distintas áreas, derogar algunos de los instrumentos adoptados por decisión ejecutiva o por la vía de la inacción vaciarlos de su propósito”.

“En la medida en que Obama de pasos acelerados en el área económico-comercial estará asegurando, si bien no totalmente, la irreversibilidad, porque en ese país los negocios son una de las esencias del funcionamiento del sistema”.

"Cuba y Estados Unidos no tienen otro destino que una convivencia respetuosa, pues, la vida lo ha demostrado, la confrontación no beneficia a nadie”.

–Hace un momento hablaba de una convivencia respetuosa, ¿cómo lograrla y cuáles serían los principales desafíos para Cuba?

–El General de Ejército Raúl Castro acuñó la frase: convivencia civilizada sobre bases de respeto a las diferencias. Esa ha sido una tarea pendiente. Cuba nunca ha tenido con Estados Unidos una relación civilizada y como la queremos: respetuosa y de igual a igual.

“Por eso siempre lo digo, estamos construyendo un nuevo tipo de relación, en un camino no recorrido antes, el cual ofrece oportunidades de trabajo conjunto en temas que nos afectan por igual, pero a su vez tiene retos, porque venimos de una etapa de una confrontación realmente muy dura”.

–Dentro de esa relación conflictual ha habido cooperación. Recuerdo el terremoto de Haití en 2010 o la lucha contra el ébola en África occidental en 2014.

“En la medida en que Obama de pasos acelerados en el área económico-comercial estará asegurando, si bien no totalmente, la irreversibilidad, porque en ese país los negocios son una de las esencias del funcionamiento del sistema”.

– Y antes también. Lo que pasa es que no estaba acompañada de la voluntad política de cooperar en toda la amplitud del término. Por ejemplo, tenemos relaciones con el Servicio de Guardacostas estadounidense desde los años ’90. En aquel momento estaba centrada en el tema de la emigración ilegal.

“Con el tiempo nos percatamos de que había que ir un poco más allá, porque estamos muy cerca y se pueden producir accidentes marítimos, e incluimos la búsqueda y salvamento. Ellos se dieron cuenta de que era importante cooperar en el tema del combate al narcotráfico, al menos en materia de interdicción, competencia del Servicio de Guardacostas. Pero no había un instrumento jurídico normativo de obligaciones para las partes, aún pendiente”.

“Una vez restablecidas las relaciones diplomáticas estamos yendo a la concertación de instrumentos para diseñar marcos formales de cooperación. En el área del medio ambiente ya adoptamos una declaración conjunta general; ahora hay que irla adecuando. Lo mismo buscamos en cuanto a la lucha contra las drogas, pues hemos intercambiado distintos borradores para llegar a un arreglo”.

“A principios de este año pretendemos haya reuniones a un alto nivel entre el Ministerio de Salud Pública de Cuba y el Departamento de Salud y Recursos Humanos de Estados Unidos, para concretar acciones de cooperación sobre la base de los intereses identificados”.

–Sin embargo, eso último entra en contradicción con el Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos.

–Y ellos lo saben. Se lo reiteramos permanentemente. No solo entra en contradicción con ese aspecto específico de cooperación, sino con todo el clima bilateral que supuestamente el gobierno de Estados Unidos está interesado en fomentar con Cuba.

–Ese programa –como la política pies secos-pies mojados– podría cambiarlo el presidente Obama, porque no son leyes.

"Estamos construyendo un nuevo tipo de relación, en un camino no recorrido antes"

–Es una política, un programa. Podrían sacar una comunicación diciendo que terminó. En medio del contexto actual no se sostiene el Programa de Parole, como sucede con la política de pies secos-pies mojados, que no solo sigue estimulando la emigración ilegal sino incentivando la emigración irregular, porque la mayoría de las personas que están tratando de llegar a sus fronteras han salido legalmente de la Isla.

“Y más allá de la política de pies secos-pies mojados, está la Ley de Ajuste Cubano. Aunque corresponde al Congreso derogarla, lo que esa legislación estipula es que el Fiscal General tiene poder discrecional para ajustar el estatus de ciudadanos cubanos que puedan encontrarse en una situación irregular”.

“No dice que es obligatorio, dice que la agencia ejecutora de la ley, en este caso el Departamento de Justicia, decide discrecionalmente si le ajusta el estatus o no a una persona o si la devuelve a su país de origen. Por tanto, el gobierno tiene la posibilidad de implementarla tal y como dice el texto”.

“Se resolvería un gran problema si se deroga. Homogeneizarían su propia política migratoria, eliminarían un incentivo a la emigración ilegal y asestarían un golpe al tráfico de personas. Hay contrabandistas que se han estado beneficiando, y en ocasiones sometiendo a los conciudadanos nuestros a atrocidades porque los extorsionan, los maltratan, abusan a veces de las mujeres. Es una situación muy lamentable”.

–El tema de temas: el bloqueo, que atraviesa toda la relación. Obama introdujo medidas en enero y en septiembre. ¿Cuánto más puede hacer para dejarlo como un cascarón vacío?

En medio del contexto actual no se sostiene el Programa de Palore, como sucede con la política de pies secos-pies mojados

– Muchísimo. Es verdad que es un año electoral, pero los pasos que Obama ha dado desde el 17 de diciembre del 2014 apenas han tenido costo político para él. Con excepción, como dice el senador estadounidense Jeff Flake, de pequeños focos de resistencia, en la mayoría de los sectores de la sociedad norteamericana han tenido una aceptación abrumadoramente favorable.

“Incluso hay republicanos conservadores que en su fuero interno están a favor de la apertura hacia Cuba porque están mirando intereses económicos, pero no lo expresan debido a que es una política de Obama y son opuestos a cualquier cosa que él haga”.

“El presidente tiene espacio para maniobrar y le conviene dar otros pasos, porque el alcance de las medidas tomadas hasta ahora es limitado. Son positivas, pero se quedan muy por debajo. Ni siquiera han resuelto obstáculos que allanarían la implementación de las que están en vigor”.

“Según las nuevas medidas Cuba puede comprar, adquirir determinados tipos de insumos, equipos, materiales en Estados Unidos. ¿Cómo, si todavía de acuerdo con las regulaciones vigentes está prohibido el acceso a créditos privados? ¿Cómo vamos a comprar, en efectivo, por adelantado? Nadie comercia así”.

“Otro tema es el uso del dólar. Se supone que si hubiera una transacción bancaria directa entre los dos países se usara el dólar para las operaciones autorizadas”.

“Cualquier medida de desmantelamiento del bloqueo va a beneficiarnos, por eso es nuestro caballo de batalla permanente, porque es un obstáculo en todos nuestros planes de desarrollo”.

–¿Qué podría pasar en 2016? En el caso de la Comisión Bilateral, ¿qué otras acciones o acuerdos es sensato esperar?

– Tenemos temas de seguimiento como el acuerdo para los vuelos regulares directos, que se adoptó ad referéndum y ahora hay que cotejar los textos, las traducciones y cuando se concluya firmar ese acuerdo. Después las aerolíneas estadounidenses deberán establecer contratos con Cubana de Aviación, el Instituto de Aeronáutica Civil.

“Es una tarea compleja pues lleva mucho tecnicismo y en Estados Unidos hay que cumplir varios pasos, licitaciones, porque hay muchas aerolíneas y todas tienen igualdad de derechos en cuanto a porciones del mercado. No existe una fecha exacta para el inicio de esos vuelos pero algunos voceros de las aerolíneas han dicho que pudiéramos estar hablando de mediados de 2016”.

“Otro de los resultados va a ser el inicio de los vuelos para la transportación del correo postal. Ya acordamos el plan piloto para el restablecimiento de ese servicio pero estamos todavía trabajando en los detalles logísticos”.

“Es nuestro propósito igualmente acordar este año un instrumento para formalizar la cooperación en el enfrentamiento al narcotráfico. Debemos continuar el diálogo de aplicación de la ley iniciado en Washington y que deberá particularizarse en áreas específicas y decidir qué vamos a hacer en materia de terrorismo, en el combate a la trata de personas, el fraude migratorio y en asistencia judicial”.

“Continuaremos las conversaciones sobre las compensaciones, un tema complejo que tomará tiempo por todo lo pendiente de resolver, porque no hay una receta. Cuando se miran las experiencias de otros países, se han resuelto de maneras distintas, con las particularidades de cada caso”.
Josefina es una cubana sencilla, pero elegante y coqueta, quien al ver la cámara fotográfica enseguida puso “stop” a la entrevista y sacó de su cartera un peine, el “vánite” y el creyón de labios; detrás de su escritorio en pequeños portarretratos aparece con Fidel, Raúl, Los Cinco Héroes, y el propio Barack Obama.

Le pregunté por la expresión risueña del mandatario norteamericano mientras se saludan; sonrió y contó que bromearon sobre la edad, pues nacieron el mismo año, y él le habló sobre las abundantes canas que le han salido desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2009.

Vidal confiesa que el tiempo no le sobra, este año cumplirá una década al frente de la Dirección General de Estados Unidos del MINREX: “dos mandatos”, bromea.

Aunque el objetivo era conversar sobre las relaciones, compartió algunas anécdotas e incluso confesó es un desafío cada vez que se enfrenta a la prensa:

–Cuando viene algún estadounidense le cuento del humor con que los cubanos han asumido esta nueva etapa, como el programa de la televisión en el que Pánfilo habló de la vecina Josefina; o un personaje gritándole a otro en el teatro: “Roberta, Josefina, acábense de poner de acuerdo”.

“Un día fui a la farmacia de mi barrio y un muchacho joven se bajó de su bicicleta y entró al local; yo con mi pelo recogido, unas sandalias, en fin, la ropa de estar en casa. Me miró y me dijo: ‘Usted es la subsecretaria’. Y yo muerta de la risa: ‘No, la subsecretaria es la otra’. Él sabía que me conocía pero estaba confundido, pensaba que yo era Roberta Jacobson, hasta que lo cogí del brazo y le dije: ‘Sí, soy yo’, y atrás vino la novia a saludarme y la farmacéutica que me estaba llenando el tarjetón de las pastillas subió la vista y me dijo: Chica, ¿y tú quién eres?”
 

 

 

 

 

 



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