por  Nicanor León Cotayo

Durante la última década en ese municipio floridano asesinaron  a balazos más de 335 infantes. Así lo reveló este domingo en la titulada Ciudad del Sol un editorial del Nuevo Herald.

Lo insertaron en su espacio nuestra opinión y dice: “Alto a los asesinatos de  menores”.

Comienza el texto preguntándose, ¿dónde está el empuje de la comunidad para eliminar la plaga de la violencia?

Sigue cuestionando, ¿Quién está investigando de dónde salieron las armas?

El editorial subraya que la mayoría de esas víctimas radicaban en Liberty City, Overtown y Miami Gardens.

Recuerda que ya son por lo menos 334 criaturas más desde que Shervadia Jenkins (9 años de edad), recibió un disparo mortal  cuando jugaba en el exterior de su casa.

Fue una bala extraviada, aclara el Herald, que salió de un combate a tiros entre dos hombres, uno con un AK-47 y el otro con una Mágnum.

Añadió, hace 10 años Shervadia murió, una pérdida transformada en clamor contra la violencia que “inunda a Miami desde hace décadas”.

Y en el 2016, prosigue, hay una epidemia de asesinatos de menores cuando las balas siguen lloviendo, pero con una diferencia, “se ha perdido la indignación contra la violencia.”

¿Dónde está el empuje de la comunidad —tanto en el sector privado como en el público— para eliminar esta plaga? indaga.

Algunos líderes comunitarios han prometido esforzarse por detener esta crisis, pero su voluntad no ha dado frutos.

Judy Schaechter, presidenta del Departamento de Pediatría de la Escuela de Medicina Miller, de la Universidad de Miami, ha llevado la cuenta de los menores muertos en tiroteos.

Ella piensa que la clave está en la seguridad con las armas, sobre todo cuando frecuentemente la violencia ha sido cometida por jóvenes que no debían tenerlas.

Jo Ann Bass, una de las propietarias del restaurante Joe’s Stone Crab, en Miami Beach,  opina que “el desempleo es un problema fundamental”.

Asimismo, los trabajos, las oportunidades y la luz al final del túnel que estos jóvenes armados  no pueden ver”, dijo.

Un cable de EFE indicó el jueves desde Miami que esa ciudad triplica la norma anual de homicidios que existe en Estados Unidos. 

Lo confirmó el reporte Goals not Guns, (metas no armas) elaborado por la Escuela de Ciencias Jurídicas de la Miami Dade College.

Según el estudio, las causas de esa tragedia radican “en la desigualdad económica, educativa y del mercado laboral”, entre otras.

"Goals not Guns" recordó que a partir de 1999 y 2005 hubo en Estados Unidos un significativo aumento de homicidios relacionados con hombres y mujeres negros de entre 25 y 34 años.

Las virtuales rebeliones de integrantes de la comunidad negra acaecidas ahora demuestran –una vez más- que ese añejo drama no ha cicatrizado.

Como tampoco el caso de los cientos de “angeles” a quienes en Miami-Dade le han arrancado su derecho a la existencia antes de existir.




(CubaSí)