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Por: Pedro Manuel Otero

En materia medioambiental, 2022 ha transcurrido en modo de balancín, con altas y bajas en casi todos sus principales indicadores.

Como apuntó NNUU, el mundo tiene ahora 8000 millones de personas. El hito, alcanzado a finales de año, se registra en un momento en el que el cambio climático está alterando cada vez más la vida en el Planeta. 

Incendios forestales y sequías prolongadas siguen causando estragos. Las inundaciones destruyen ciudades, mientras que las olas de calor tornan a los veranos mortales. A su vez, las emisiones de gases de efecto van en aumento.

Sin embargo, 2022 ha sido también un año seminal en algunos aspectos, con reuniones y conferencias de alto nivel, que si bien no resuelven la esencia de la crisis medioambiental, reconocen los problemas y dibujan soluciones. 

Varios eventos globales se realizaron durante 2022 con el fin de fomentar el diálogo e influir en las decisiones políticas para abordar la crisis medioambiental.

Estos incluyen el Marco Mundial de la Biodiversidad Post-2020, que a principios de diciembre adoptó en la COP15 un plan para frenar la extinción de especies. Figura también la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, que busca proteger ese vital ecosistema.

NNUU, con apoyo de organismos nacionales, elaboró en 2022 una estrategia a Mediano Plazo que incluye siete subprogramas interrelacionados: Acción por el Clima, Acción por los Productos Químicos y Contaminación, Acción por la Naturaleza, Política Científica, Gobernanza Ambiental, Finanzas y Transformaciones Económicas, y Transformaciones Digitales.

De igual forma, y esta es la buena noticia, se adoptaron las siguientes estrategias:

Acuerdo global sobre el clima. Los líderes que participaron en la conferencia mundial sobre el clima, COP27, el pasado mes de noviembre en Egipto, acordaron un sistema de financiación que ayudaría a los países en desarrollo a acceder a la ayuda monetaria para adaptarse y recuperarse del cambio climático. 

Acuerdo sobre Protección de zonas marinas. Estas constituyen extensiones del océano que limitan la actividad humana para preservar las especies animales y vegetales. Tales reservas son importantes para frenar el ritmo de extinción que se está registrando como consecuencia del cambio climático y de actividades humanas, como la perforación, la minería y la navegación.

Hackeo del poder tecnológico de las plantas. A medida que los humanos expelen más dióxido de carbono a la atmósfera, las plantas, desde las yerbas de las praderas hasta los árboles de la selva tropical, se encargan de eliminar ese carbono del aire y su almacenamiento bajo tierra. Gracias a la tecnología de edición de genes CRISPR, los científicos están trabajando en un proyecto de investigación para intentar piratear la fotosíntesis y extraer el carbono del aire de forma más eficiente. 

Otro acuerdo suscrito es el de la lucha contra el plástico, polímero que está en todas partes: en el agua, en el aire e incluso en la sangre. Por eso, la importancia de los esfuerzos emprendidos este año para intentan frenar la cantidad de plástico que llega al medio ambiente. 

En otros aspectos, los científicos proponen nuevas formas de proteger y restaurar los arrecifes de coral de Hawái. Según una investigación publicada en marzo, dos especies comunes de coral pueden vivir con éxito en temperaturas oceánicas más cálidas. Esta adaptación ofrece la esperanza de que los arrecifes, que sufren una mortandad masiva durante las olas de calor, puedan sobrevivir al aumento de las temperaturas.

Para Cuba, entretanto, la noticia más relevante en materia medioambiental de 2022 fue la adopción de una nueva Ley del Sistema de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente, luego de su aprobación en mayo por la Asamblea Nacional del Poder Popular.

La normativa tiene en cuenta los tratados internacionales y compromisos asumidos y se nutre de los principios fundamentales del derecho ambiental recogidos en las declaraciones de varias cumbres sobre el tema.

Como consigna la letra del texto, esta ley tiene como objeto establecer los principios que rigen la política ambiental y las normas básicas para regular la gestión ambiental del Estado y las acciones de los ciudadanos y la sociedad en general, a fin de proteger el medio ambiente y contribuir a alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible del país.

A mediados de año la vicetitular de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, Adíanes Taboada Zamora, apuntó que Cuba ha avanzado notablemente en sus compromisos internacionales con el Acuerdo de París sobre Cambio Climático, la Conferencia de Diversidad y Biodiversidad Biológica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible hacia 2030.

Finalmente, Cuba prosiguió en estos 12 meses  su labor de rescate y protección de todos sus ecosistemas y aplicando territorialmente su estrategia contra el Cambio Climático, conocidfa como Tarea Vida.

 (Fuentes www.unep.org/ www.nationalgeographic.es/CD/ A21)