La Habana, 18 ene (RHC) Vladimir Moreno, director del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, expresó que el temblor registrado este martes en el oriente de Cuba constituye una situación diferente respecto a la ocurrida en el mismo mes del 2016.
En entrevista con el periódico Granma, Moreno detalló que esta vez se trata de un sismo de gran intensidad seguido de replicas más débiles, las cuales deberían continuar debilitándose en los próximos dos meses.
El pasado año –argumentó—, tuvimos un enjambre a partir de un fuerte terremoto de magnitud 5,5, al suroeste de esta ciudad, y continuaron en la zona otros de 4,8 y 4,7; o sea, no había mucha diferencia entre el primero y los restantes, no se veía un evento principal con sus réplicas sino varios de magnitud muy cercanas.
«Ahora se trata de un sismo de una magnitud considerable (5,8), más hacia el suroeste, seguido de réplicas de poco más de 3, que entre el tiempo y su magnitud han liberado muy poca energía, de ahí que en las próximas horas esperamos varios de 4, que irían disminuyendo durante semanas o dos meses.
«Se trata —añadió el experto—, de una zona, sísmicamente hablando, de sismicidad baja comparada con el resto del sur del oriente cubano. Debe recordarse en ella el llamado “temblor de Pilón”, el 19 de febrero de 1976, por haber sido más al oeste con magnitud 5,7, y a unos 25 kilómetros de la costa.
«El actual ha sido a unos 30 kilómetros de la costa, que lo hace muy fuerte en los poblados santiagueros costeros como Chivirico, Uvero, La Plata, mientras que debido a que el patrón de radiación de las ondas sísmicas no siempre coincide, tenemos que pudo haberse sentido más en Bartolomé Massó, Caney de las Mercedes, y otros sitios de la vecina provincia de Granma».
Según informes recibidos desde esas localidades, se aprecian grietas en paredes de viviendas y de algunas escuelas, varios derrumbes de paredes de viviendas, y pérdidas parciales de techos tanto de tejas francesas como de fibrocemento, que en su totalidad requieren de la verificación de campo por especialistas del CENAIS y personal de la Defensa Civil.
En la ciudad de Santiago de Cuba no ha sido así. Fue sentido muy fuerte, pero dado la distancia de unos 92 kilómetros del epicentro han sido las ondas sísmicas de baja frecuencia las que han llegado con mayor amplitud, y como se ha explicado en otras ocasiones se percibe más en edificaciones superiores a tres o cuatro niveles.
Moreno Toirán destacó que el Servicio Sismológico Nacional cuenta con una red que agrupa 18 estaciones sismológicas, operando actualmente en el país con equipos de alta tecnología y muy confiables, que pueden registrar hasta eventos locales muy pequeños, o los que con magnitud superior a 6 ocurran en cualquier parte del mundo.
Al actualizar el comportamiento sísmico en la nación, puntualizó que el pasado año 2016 cerró con 60 movimientos de tierra perceptibles, fundamentalmente en la región sur oriental, mientras que en este enero suman cuatro perceptibles hasta las 21 horas de este martes. (GRANMA)