Roma, 5 jul (ansa).- - Además de sus efectos beneficiosos sobre el clima, la Corriente del Golfo tiene otra función fundamental: transporta hierro y zinc de las frías aguas de la plataforma continental de América del Norte a las del Atlántico Norte.

Lo descubrieron dos geógrafos y químicos del Politécnico de Zurich, Tim Conway y Gregory de Souza, y aparece en una investigación que fue publicada recientemente en la revista Nature Geoscience.

El hierro y el zinc es vital para las algas azules que, gracias a su capacidad para producir oxígeno, hacen posible la vida en ambientes muy inhóspitos, como las aguas muy calientes de las fuentes geotérmicas o las heladas de los polos.

Hasta ahora, los investigadores habían dado la certeza de que la única fuente importante de hierro para las corrientes del Atlántico Norte era la arena del Sahara.

Ahora, en cambio, se han identificado 'bolsas de agua' ricas en hierro que tienen la apariencia de vórtices.

El descubrimiento fue bastante casual y tuvo lugar analizando algunos datos recopilados durante una expedición científica desde las costas de América del Norte hasta las Bermudas.

En un área cercana a la Corriente del Golfo, los investigadores notaron altas concentraciones de hierro cerca de la superficie de las aguas del Atlántico Norte, generalmente pobres en ese mineral.

Entendieron que la nave, por casualidad, había relevado una muestra de uno de los vórtices que habían enriquecido esa contención expansiva de hierro del Atlántico.

La corriente del Golfo fue descubierta por Benjamin Franklin, en 1786, quien se preguntó porqué algunos barcos tardaban más en llegar desde la colonia americana hasta Inglaterra que otros, con lo que detecto la presencia de ese flujo de agua en movimiento dentro del Atlántico Norte.

La circulación de esta corriente asegura a Europa un clima cálido para la latitud en que se encuentra.

También determina en buena parte la flora y la fauna marina de los lugares por los que pasa (por ejemplo, los artrópodos y cefalópodos abundan más en las costas de Galicia que en las del País Vasco, donde su influencia es menor).​

Es provocada por la acción combinada del movimiento de rotación terrestre (y en menor grado el de traslación) y de la configuración de las costas tanto americanas como europeas.