Por: Lorenzo Oquendo
La Habana, 17 jun (RHC) El cambio climático incrementa su impacto destructor a causa de los gases de efecto invernadero de orígenes fósiles en nuestro planeta tierra, contaminación atmosférica que avanza en cada segundo de existencia social humana.
La medida en que continúa la proliferación de estos gases contaminantes en el entorno natural está en los estudios que realiza el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático que posibilita comparar en que etapa estamos en el sumergimiento ambiental nocivo de los actuales tiempos.
La dimensión del problema resume que en más de 600 000 años la concentración de CO2 como fuerte gas de efecto invernadero osciló entre 200 y 280 partes por millón (ppm) y actualmente está en más de 300 con crecimientos muy rápidos que penetran convulsivamente de manera constante en la atmósfera.
Otro de los fuertes gases de efecto invernadero el metano, está en más de mil 700 partes por millón con aumentos también muy veloces comparativamente con años precedentes y así con otras de las emanaciones gaseosas a partir de la quema de combustibles fósiles.
No se trata de formalizar catastróficas situaciones, sino manifestarse con la realidad actual del medio ambiente y del cambio climático que persiste a la entrada y salida sin resultados prácticos de las grandes conferencias mundiales del clima que aún espera por los acuerdos de diciembre del 2018 en París, Francia.
Pero, además, aunque parásemos de emitir hoy mismo esos gases de efecto invernadero, que seguramente no es el caso por supuesto, tardaría la atmósfera centenares de años y quizás hasta más en regresar a los niveles previos de la industrialización y establecer nuevamente un Protocolo de Kyoto que en el 2012 estableció disminuir las emanaciones de CO2 en cinco por ciento.
Por tanto la situación es bastante apremiante para los venideros años donde la temperatura global no debe sobrepasar los dos grados centígrados para evitar consecuencias desastrosas a escalas global, regional y local con elevaciones de temperaturas del planeta de manera alarmante y en otras regiones bajas del ambiente hasta fríos polares con intermedios de extremas sequías y persistentes lluvias. Todo originado por el crecimiento de los actuales gases de efecto invernadero alimentadores del cambio climático.