Por: Lorenzo Oquendo

La Habana, 1 jul (RHC) Entre las noticias de mayor impacto sobre nuestro medio ambiente global está, sin dudas, aquellas provenientes de Europa con olas de calor que sienten, padecen y sufren poblaciones de ese continente.

Alemania, Francia y España están en la actualidad bajo temperaturas que sobrepasan los 38 grados centígrados que provocó recientemente el fallecimiento de un joven de 17 años afectado por golpe calórico mientras realizaba labores agrícolas y un anciano de 93 años perdió la vida por igual situación térmica durante su tránsito en una calle española.

Es tanto el calor que según reportes de autoridades en Alemania la temperatura comenzó a derretir una de las vías públicas centrales del país que obligó a reducir límites de velocidad a conductores de vehículos y en el sur de Francia las escuelas permanecieron cerradas este final de semana al subir los termómetros más de 40 grados centígrados.

Los gobiernos de esos y otros países adoptan medidas para enfrentar altas temperaturas globales de estos días como suministrar botellas con agua a la población en las comunidades, fuentes de agua para refrescamiento físico de las personas, protección de los rayos solares directos e instalación pública de tubos que liberan rocío refrescante.

De acuerdo con los expertos e historiadores del clima, las olas de calor siempre ocurrieron en el pasado, pero las actuales ocurrencias de peligro para la vida solo es posible por el aumento sistemático del cambio climático que comenzó a impactar a comienzos de siglo hasta nuestros tiempos donde un solo grado de incremento calórico ambiental es altamente peligroso para la Humanidad.

Las olas de calor además de muchos otros fenómenos extremos pueden asociarse también a la intrusión excepcional del aire cálido del Sahara que en ocasiones se observa en la región latinoamericana como en Cuba, apreciable como polvo del Sahara que propicia subida térmica con experimentación de altos calores.

Se trata de una expansión al norte del cinturón subtropical de altas presiones con masas de aire muy cálidas y secas que actualmente cubre Europa mediante olas de calor especialmente intensas, duraderas y que afectan amplias zonas simultáneamente que incluyen severas sequías.

Realmente la situación es de verdadera atención al medio ambiente debido a que las proyecciones del cambio climático continúan irreversibles para convertir las olas de calor en norma presente y futura, porque aún si avanzamos a una rápida aplicación de enegías renovables los gases de efecto invernadero pueden permanecer en nuestra atmósfera más de mil años.

Una observación del medio ambiente estriba en que cada fracción de un grado de calentamiento marca la diferencia para la salud humana con acceso a los alimentos, al agua dulce, extinción de animales y plantas, supervivencia de arrecifes de coral, más la vida marina.

También marca la diferencia en productividad económica, seguridad alimentaria, resistencia de infraestructuras ciudadanas, velocidad en derretimiento de glaciares, el futuro de islas bajas y comunidades costeras.

Así de esas y otras maneras impacta el cambio climático en nuestros días que ahora, actualmente, mantiene alto peligro de nivel calórico entre poblaciones de Europa. Las medidas no pueden esperar más ante el cambio climático.