La Habana, 12 agos (RHC) El proyecto internacional “Construyendo resiliencia costera en Cuba a través de soluciones naturales para la adaptación al Cambio Climático” inició en Villa Clara en medio de la compleja situación epidemiológica impuesta por la COVID-19 en el país.
No obstante, dentro de las limitaciones, se ha realizado un grupo de actividades de las previstas en el plan de trabajo inicial. Así lo afirmó, el MSc. Luis Orlando Pichardo Moya, coordinador provincial del proyecto.
Resiliencia Costera, nombre abreviado por el cual es también conocido este proyecto, contempla a Caibarién, en particular al Consejo Popular 2, Punta Brava, dentro de los 4 municipios costeros de nuestro país en los que tendrá una intervención directa, como es el caso de Playa Vitoria (Yagüajay), Punta Alegre (Chambas) y Santa Rita (Nuevitas).
Es financiado por la Unión Europea bajo el Programa Alianza Mundial contra el Cambio Climático, e implementado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la Agencia de Medio Ambiente, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente -CITMA-, como institución nacional.
Pichardo Moya precisó que, entre los resultados fundamentales, se pueden mencionar la conformación de la unidad de manejo del proyecto en la provincia y la integración para el trabajo de sus miembros.
“Desde inicios de año, el proyecto fue presentado a las autoridades del territorio para la compatibilización de acciones con el Plan Integral de Desarrollo de Caibarién, ya que resulta estratégico realizar consultas con la comunidad y el gobierno local, para diseñar e implementar las acciones a desarrollar, en correspondencia con las condiciones y prioridades locales, y que cuenten con el respaldo financiero en los planes territoriales y sectoriales”.
Otra actividad importante para el territorio y el área de intervención, lo fue el encuentro de compatibilización de las acciones contenidas en el Plan de Estado para el enfrentamiento al Cambio Climático “Tarea Vida” con el Plan de Reducción de Riesgo de Desastres, la Estrategia de Desarrollo y el Plan Integrado de Medio Ambiente del municipio, según afirmó el especialista del CITMA.
El también coordinador provincial de los Estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo en Villa Clara, explicó que durante todo el año se han reunido suficientes elementos que permitieron diagnosticar el funcionamiento y la integración de los componentes de los sistemas de monitoreo, vigilancia y alerta temprana, para evaluar sistemáticamente el estado y calidad de la zona costera en el municipio.
Además, ya se conciliaron y conformaron los distintos proyectos que se pueden ejecutar, relacionados con la adaptación basada en ecosistemas y comunidades, con una alta factibilidad para su ejecución y potencial para mejorar las capacidades de adaptación de la comunidad Punta Brava, escogida como sitio de intervención.
Los principales organismos involucrados son la Delegación Municipal de la Agricultura y sus dependencias de la Empresa Agroforestal, Granja Urbana y Apicultura, el Centro de Estudios y Servicios Ambientales de Villa Clara con su oficina de Manejo Integrado Costero en Caibarién y las entidades locales del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, representadas por la Dirección Municipal de Acueducto y Alcantarillados, relacionados sobre todo con la gestión de aguas pluviales, saneamiento y solución de residuales.
Entre las acciones previstas figura el reforzamiento de la infraestructura ambiental, agroforestal y alimentaria de la comunidad Punta Brava, a partir de la rehabilitación del bosque de manglar en el Barrio Las Varas, el Refugio de los Barcos y Punta Brava; el desarrollo de un proyecto integral de fortalecimiento de la seguridad alimentaria en el área de intervención, con la rehabilitación de los organopónicos, el fortalecimiento de Patios de Referencia, la capacitación y trabajo con la comunidad sobre la producción de hortalizas y frutales sobre bases sostenibles y agroecológicas, y la reactivación de la actividad apícola en el municipio.
De igual forma, se tienen concebidas acciones para la gestión de aguas pluviales en el Consejo Popular y el fortalecimiento del saneamiento y mantenimiento de redes y sistemas de tratamiento; la incorporación de requerimientos ambientales al diseño de obras de protección costera; el monitoreo de variables ambientales en el ecosistema costero e indicadores de progreso de medidas de adaptación al cambio climático implementadas en la comunidad; así como la rehabilitación de la playa “Mar Azul”, cuya primera etapa se encuentra 60 porciento de su ejecución.
El coordinador del proyecto también enfatizó en que se ha logrado con la Dirección Provincial de Planificación Física y su dependencia en el municipio, una estrecha comunicación, que permite a partir del Plan General de Ordenamiento Territorial y Urbano aprobado para Villa Blanca por el Consejo de Ministros el 24 de marzo del presente año, estar en un mejor momento para el diagnóstico integral del territorio y la confección de su Modelo de Ordenamiento Ambiental.
La contribución del Proyecto Resiliencia Costera permitirá enfrentar con una mejor disposición material e informativa las distintas acciones contenidas en sus planes de acción para el desarrollo local y la integración de los enfoques de adaptación al cambio climático y reducción de vulnerabilidades, tendientes a fomentar la resiliencia costera.
Por último, el MSc. Luis Orlando Pichardo Moya señala que, pese a las dificultades impuestas por las medidas de distanciamiento social necesarias para el enfrentamiento y respuesta a la pandemia de la COVID-19, las metas previstas por el proyecto se van cumpliendo, no sin experimentar dificultades sobre todo con aquellas acciones que requieren traslado y presencia de equipos multidisciplinarios para su cumplimiento.
Resiliencia Costera, es un proyecto que se centra en la potenciación de una visión integrada de la reducción del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático, como base fundamental para la sostenibilidad de las intervenciones de desarrollo resiliente en Cuba.
En la provincia, además de Punta Brava en Caibarién, el proyecto tiene potencial de replicación en otras 4 comunidades costeras de la provincia, Emilio Córdova en el municipio de Encrucijada con una población de 1400 habitantes, Isabela de Sagua en el municipio de Sagua la Grande con una población de cerca de 2000 habitantes, Carahatas en el municipio Quemado de Güines con una población de más de 633 personas y en La Panchita, municipio de Corralillo con una población de más de 800 personas.
Lo cierto es que Caibarién apuesta por la resiliencia de su zona costera para la adaptación al cambio climático, porque adaptación es vida… (Fuente: Cubadebate).