Durante aproximadamente cinco minutos, el equipo encendió el propulsor de mantenimiento de la estación para colocar suavemente el observatorio en su lugar sin sobrepasar su posición permanente, subrayó el especialista en una sesión informativa.
Tras un viaje de 30 días desde su lanzamiento a bordo de un cohete Ariane 5 en la base de Kourou, Guayana Francesa, Webb mantendrá la misma orientación con respecto a la Tierra y el sol, y la calibración y blindaje son más sencillos.
Su órbita en el reino de L2 –enfatizó Parrish- le permitirá una visión amplia del cosmos en cualquier momento, así como la oportunidad de que la óptica de su telescopio y los instrumentos científicos se enfríen lo suficiente como para funcionar y realizar una ciencia óptima.
Los segmentos del espejo primario y el secundario de Webb se desplegaron desde sus posiciones de lanzamiento, mientras ahora los ingenieros comenzarán un proceso de tres meses para alinear la óptica del telescopio con una precisión casi nanométrica.
«Estamos un paso más cerca de descubrir los misterios del universo. Y no puedo esperar a ver las primeras imágenes nuevas del universo del telescopio este verano», aseveró en un comunicado el administrador de la NASA, Bill Nelson. (Fuente:PL)