Las nubes han sido fuente de inspiración de artistas, poetas, músicos, fotógrafos e infinidad de otros entusiastas a lo largo de la historia.
Las nubes tienen un papel decisivo en las predicciones y los avisos meteorológicos. Contribuyen al ciclo del agua y a todo el sistema climático. Han sido fuente de inspiración de artistas, poetas, músicos, fotógrafos e infinidad de otros entusiastas a lo largo de la historia.
El sistema internacional actual de clasificación de nubes en latín se remonta a 1803, cuando el meteorólogo aficionado Luc Howard escribió el ensayo The Modifications of Clouds (La modificación de las nubes).
El 23 de marzo de 2017, se dedicó el Día Meteorológico Mundial a la Clasificación de las Nubes, por la importancia que reviste el conocimiento e interpretación de estas para la actividad del pronóstico del tiempo. Cuando aún no existían herramientas de modelación ni observación satelital, eran las nubes la clave de cada vaticinio.
En tal sentido, los distintos Colegios que en nuestro país se dedicaban a los estudios en esta área de la ciencia, enseñaban a identificarlas en el cielo y entender el desarrollo de los procesos atmosféricos.
Por ejemplo, cuando se acercaba un ciclón tropical, un indicio irrefutable era el descenso sostenido de la presión atmosférica, pero para saber por dónde venía el sistema, era tarea solo de conocedores del movimiento de las nubes, aunque también existía una pequeña pero segura red de comunicación entre las islas del Caribe. Lo cierto es que los cubanos, de generación en generación, hemos adoptado conocimientos sobre el tema que nos permite en ocasiones saber si va a llover o no con solo mirar el cielo.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Atlas Internacional de Nubes reconoce actualmente diez géneros o clasificaciones básicas, que describen en qué parte del cielo se forman y su apariencia aproximada. Las nubes altas suelen formarse por encima de los 5 000 metros; las nubes medias entre los 2 000 y los 7 000 metros; y las nubes bajas a una altura máxima de 2 000 metros.
La mayoría de los nombres de nubes contienen prefijos y sufijos latinos que, al combinarse, dan una indicación del tipo de nube. Algunos de ellos son los siguientes:
- Stratus/strato: alargado, allanado y nivelado
- Cumulus/cumulo: montón, colmo
- Cirrus/cirro: plumoso, fleco
- Nimbus/nimbo: portador de lluvia
- Alto: nivel medio (aunque altus significa alto en latín)
Guía de identificación de nubes.
Los 10 géneros se subdividen en especies, que describen la forma y la estructura interna de la nube, y en variedades, que describen la transparencia y la distribución de las mismas. En total hay unas 100 combinaciones. En el Atlas Internacional de Nubes se incluye una nueva especie, Volutus (término que en latín significa rodado), para designar las nubes enrolladas.
También se propone otras nuevas especies de nubes “especiales” como Homogenitus (del latín homo que significa hombre y genitus que significa engendrado o creado). Un ejemplo es la especie Contrails (diminutivo de condensation trails, conocido comúnmente como estelas de condensación), producida por los gases de escape de los motores de las aeronaves, que poseen elevadas temperaturas y entran en contacto directo con el frío extremo de la Tropósfera Alta.
El nuevo Atlas Internacional de Nubes es un tributo a la generosidad del Observatorio de Hong Kong y a la dedicación y el entusiasmo de un equipo especial de la OMM que ha pasado casi tres años revisando el texto y recopilando y clasificando imágenes y datos. El Atlas mejora y enriquece nuestro conocimiento de las nubes y será un valioso recurso en los próximos años.
Compartimos con ustedes una serie de imágenes que muestran estas clasificaciones y son muy didácticas, resultando una herramienta de consulta necesaria para la interpretación y el conocimiento de los procesos de la Atmósfera.
Ejemplos de tipos de nubes.