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Washington, 28 jun (RHC) A medida que el calentamiento global convierta la nieve en lluvia, las montañas del hemisferio norte serán puntos críticos para precipitaciones extremas que podrían desencadenar inundaciones y deslizamientos de tierra, publicó este miércoles la revista Nature.
Investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley del Departamento de Energía de Estados Unidos, descubrieron que el cambio climático está transformando las nevadas en lluvias en las montañas del hemisferio norte.
Según Mohammed Ombadi, autor del estudio, una cuarta parte de la población mundial vive en regiones montañosas o aguas abajo de ellas, y se verá directamente afectada por este riesgo.
Los científicos ya esperan que el cambio climático aumente el volumen de agua que cae durante los eventos extremos, pero es la primera vez que los investigadores analizan si esa precipitación extrema se presenta como lluvia o nieve.
Descubrieron que la fracción de agua que caía en forma de nieve disminuía en las regiones montañosas y, en cambio, caía en forma de lluvia, lo que hacía que las montañas fueran particularmente susceptibles a los peligros de lluvias extremas.
Detallaron que por cada aumento de un grado Celsius en la temperatura global, se espera un promedio de 15 por ciento más de lluvia en elevaciones altas.
Si bien todas las cadenas montañosas del hemisferio norte están experimentando el cambio de la nieve a la lluvia, las que corren mayor riesgo de eventos de precipitaciones extremas son las del Pacífico de América del Norte (las Cascadas, Sierra Nevada y las cadenas costeras desde Canadá hasta California), el Himalaya y las regiones de latitudes altas.
Esto es, dijo Ombadi, porque una parte significativa de las nevadas en esta región generalmente ocurre a temperaturas justo por debajo de los cero grados centígrados.
“El más mínimo cambio en la temperatura del aire cambiará esta nevada a lluvia. Esto es diferente a otras cadenas montañosas donde las nevadas pueden ocurrir a temperaturas muy bajas por debajo de los cero grados”, precisó.
Ombadi espera que otros científicos del clima incorporen la distinción entre nevadas y lluvias para mejorar los modelos climáticos globales, y que los ingenieros civiles y planificadores utilicen los datos para prepararse mejor para eventos de lluvia intensa. (Fuente: Prensa Latina).