Foto: @OnePaul87
El delfín rosado es para los indígenas de la Amazonía un animal sagrado, guardián del mundo marino. Por eso, el hallazgo de los cadáveres de 120 delfines –rosados y tucuxis– flotando en el lago Tefé, en el interior del estado Amazonas (noroeste de Brasil), supuso un durísimo golpe para las comunidades.
El lago Tefé, en la Amazonia brasileña, ha sido testigo de una tragedia sin precedentes en la última semana. Si las altas temperaturas del agua persisten, se teme que muchos más mamíferos acuáticos perezcan en los próximos días. Además, miles de peces también han muerto en la zona, según informes de medios locales.
El Instituto Mamirauá, un grupo de investigación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil, reportó el hallazgo de dos delfines más sin vida en los alrededores del lago Tefé el lunes.
En imágenes proporcionadas por el Instituto, se pueden observar buitres alimentándose de los cadáveres de los delfines varados en la orilla del lago. Expertos creen que las altas temperaturas del agua son la causa más probable de estas muertes en los lagos de la región, donde las temperaturas han superado los 39°C en la última semana.
La situación se vuelve más dramática si se miran las cifras. En la región quedan 900 delfines rosados –una de las pocas especies de delfines de agua dulce que quedan en el mundo–, y unos 500 tucuxis.
Ambos animales, que forman parte de la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, se reproducen muy lentamente. Así que, si el problema persiste, se podría llegar a un punto de no retorno.
El gobierno brasileño, a través del Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad, ha enviado equipos de veterinarios y expertos en delfines para investigar las causas de esta tragedia. Anteriormente, el lago Tefé albergaba aproximadamente 1 400 delfines de río; sin embargo, en tan solo una semana ya se han perdido alrededor de 120 animales, lo que podría representar entre el 5% y el 10% de la población, según la investigadora Miriam Marmontel del Instituto Mamirauá.
La sequía también ha afectado a las comunidades ribereñas empobrecidas, dejando ríos secos que han dejado a las embarcaciones varadas en la arena. El gobernador del estado de Amazonas, Wilson Lima, declaró el estado de emergencia debido a la sequía el viernes pasado. Además, las altas temperaturas y la falta de acceso a agua de calidad están aislando a muchas comunidades, impidiendo su transporte y generando una grave crisis humanitaria.
La unión de dos fenómenos atmosféricos
Según los expertos, la sequía está relacionada con una combinación de dos factores que inhiben la formación de nubes y lluvias: El Niño (que es el calentamiento del Océano Pacífico) y la distribución del calor en el Océano Atlántico Norte.
Mientras que El Niño aumenta la temperatura de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial y altera los patrones de viento, humedad, temperatura y precipitaciones, particularmente en las regiones tropicales, el calentamiento del Atlántico norte tropical inhibe la formación de nubes, reduciendo el volumen de lluvia en el Amazonía.
La expectativa es que la situación empeore en octubre, mes en que se pronostica la caída abrupta del nivel de los ríos amazónicos, como 2010. Los científicos ya vaticinan que podría ser la mayor sequía de la historia del pulmón del planeta.
(Fuentes: Noticias Desbloqueadas y Rt en Español).