Bosques del centro de la Isla de la Juventud, pinos cubense, Sierra de la Cañada. Foto de la autora
Por: Gilda García García.
La Habana, 20 jun (RHC) El cambio climático es un hecho que nos involucra a todos los habitantes del planeta, porque la naturaleza no entiende de fronteras y gobiernos, una razón más que suficiente para que unamos fuerzas y se creen estrategias, como la Tarea Vida en Cuba, programa del Estado que demuestra la importancia de trabajar en equipos e investigar unidos, para adaptarnos a las nuevas condiciones de las variables meteorológicas y sus efectos, e incluso venciendo los obstáculos que acarrea el bloqueo económico y comercial que los Estados Unidos impone a Cuba, el cual limita el desarrollo de las ciencias.
Los que vivimos en islas, como los habitantes de la Isla de la Juventud, territorio del sur de Cuba, debemos conocer de la severidad que cada vez más caracteriza a los eventos naturales, con un predominio de los superlativos (lluvias copiosas, sequias extremas y prolongadas, calor excesivo incluso se rompen récord de temperaturas, tormentas muy fuertes, huracanes intensos) ante esos peligros hay que actuar con conciencia para salvar los recursos naturales, económicos y nuestra propia vida.
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Eexpertos de medio ambiente de las diferentes empresas locales en la comisión municipal de chequeo y control del programa Tarea Vida.