La Habana, 13 ene (RHC) Los meses de enero, febrero y marzo, y quizá hasta abril, tienen una alta probabilidad de ser lluviosos e incluso tormentosos, término que indica la posibilidad de ocurrencia de brotes de tiempo severo asociados al avance de líneas de tormentas eléctricas vinculadas al paso de los sistemas frontales, manifestó a Granma el doctor Ramón Pérez Suárez, especialista del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, y un acucioso investigador del evento El Niño/Oscilación del Sur (ENOS).
Su desarrollo en el oceáno Pacífico ecuatorial ha generado notables impactos en varias regiones del planeta, como son las precipitaciones intensas e inundaciones de suma consideración en países de América del Sur, y sequías severas en Indonesia, sur de África y otras áreas geográficas.
En el caso particular de Cuba, subrayó, la presencia de ese complejo proceso de interacción oceáno-atmósfera contribuyó en primer lugar a que el 2015 fuera el más cálido desde 1951 (vale resaltar que de los 15 años más calurosos en nuestro país, diez se correspondieron con ENOS de diferentes intensidades), mientras el bimestre noviembre-diciembre ha sido más lluvioso de lo normal, principalmente en el occidente y centro.
Pérez específico que el actual Niño debe mantener su rango de fuerte hasta febrero para luego comenzar a declinar de forma gradual. Sin embargo, una vez que alcanzó esa categoría ocasionó cambios temporales en la circulación atmosférica, capaces de generar variaciones en los climas regionales que perdurarán por más tiempo y nuestro país no es una excepción.
Por eso sentiremos los principales efectos en los próximos meses, de ahí la importancia de estar preparados para atenuar las afectaciones del ENOS en Cuba, y prestar atención a las informaciones que emita el Instituto de Meteorología en las siguientes semanas.