Bogotá, 28 jul (RHC) Los labriegos de Santa Elena, un sosegado poblado antioqueño, se preparan  para el tradicional desfile  floral, patrimonio cultural de Colombia, al que asisten cada año millares de visitantes nacionales y foráneos.

La fiesta protagonizada por experimentados cultivadores y su familia, comenzará mañana con un concierto o festival de orquestas en una plaza de ese asentamiento rural, distante 17 kilómetros de la populosa Medellín, precisó el portal digital El Tiempo.

Desde entonces y hasta el venidero 7 de agosto, ese paraje relucirá con las exhibiciones de plantas florecidas en grandes canastas atadas a la espalda -conocidas allí como silletas-, con las cuales los lugareños transportaban antiguamente a niños pequeños y enfermos, hasta que decidieron mostrar en ellas el fruto de sus cosechas.

Tierra de la eterna primavera, como algunos la definen, es ideal para la siembra de diversas especies de flores, entre ellas orquídeas, crisantemos, hortensias y gladiolos.

En cada esquina de Santa Elena asoman pequeños viveros y sitios de expendio, donde los vecinos y recién llegados suelen detenerse para llevar a sus casas ejemplares recién cortados.

En esta oportunidad el jolgorio campesino incluirá más de 100 iniciativas culturales y ecologistas como actuaciones de agrupaciones musicales, exposiciones botánicas y de aves, ferias de artesanías, concursos humorísticos, eventos todos ideados para mostrar la riqueza artística y natural de la zona, así como sus tradiciones.

No faltarán en el jolgorio los paseos en chivas, colorido transporte local empleado desde hace décadas por los pueblerinos, y en autos antiguos.

Finalmente el 7 de agosto será el desfile principal de flores en silletas o silleteros, quienes compiten por diferentes lauros otorgados en el típico certamen.

Tal celebración defendida con orgullo por los habitantes de Santa Elena y los sitios circundantes, cumplirá en 2017 60 años de fundada.

A finales de julio y principios de agosto el olor del campo llega a la ciudad y las orquídeas engalanan todo Medellín, ocasión cuando los pobladores reverencian las costumbres del lugar, transmitidas de abuelos a nietos desde hace más de medio siglo.