La Habana, 16 nov (RHC) La Villa de San Cristóbal de La Habana llega hoy a los 497 años de su fundación con una imagen renovada en el borde costero, construcciones rejuvenecidas y una cara diferente en los antiguos almacenes del puerto.
El Paseo Marítimo Flotante de la Bahía de La Habana y el recién edificado Muelle de Luz, desde donde salen las embarcaciones para las localidades de Casablanca y Regla, son espacios que van cambiando la apariencia de la parte más antigua de la ciudad.
La Villa de San Cristóbal de La Habana -fundada en nombre de los Reyes de España- nació el 16 de noviembre de 1519 y encontró asiento definitivo al lado de una bahía de bolsa muy conveniente para la actividad portuaria.
Surgió así La Habana muy cerquita del mar y ese destino costero marcó su expansión a lo largo de la zona que hoy ocupa el famoso Malecón de la capital cubana.
A juicio de los historiadores, La Habana se convirtió rápidamente en el puerto más seguro del Caribe y llegó a contar en el siglo XVII con el astillero de mayor fama del llamado Nuevo Mundo.
En la actualidad, esas antiguas construcciones donde antes radicaban almacenes y oficinas de aduana tienen nuevas funciones culturales, además de una remodelada infraestructura.
El Plan Maestro de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHC) es uno de los principales responsables de esos cambios, pensados en su gran mayoría con fines sociales y abiertos a diversos tipos de públicos.
Según el arquitecto de ese proyecto, Kiovet Sánchez, para trabajar en el 'puerto viejo' existen premisas estratégicas basadas en la continuidad del espacio público.
A su juicio, uno de los mayores retos radica en hacer de la bahía un espacio para los habitantes de La Habana y de Cuba, además de atractiva para el turismo.
La Villa de San Cristóbal de La Habana - actualmente Patrimonio de la Humanidad- adquirió su denominación de un santo católico y del jefe aborigen Habaguanex, habitante primigenio de la zona y hoy, el nombre de una de las principales empresas del área.
Desde hace varios años, la OHC impulsa distintos programas con el fin de preservar el patrimonio cultural material e inmaterial de la zona, en especial, su rica y variada arquitectura colonial. (PL)