La Habana, 2 ene (RHC) La primera tarde del 2018 fue testigo de un acto trascendental en los salones del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso (GTH): la develación de una singular escultura de Alicia Alonso representada en su personaje icónico, Giselle, realizada por el conocido artista José Villa Soberón, premio nacional de Artes Plásticas, que perpetuará a la insigne bailarina cubana para la eternidad.
Durante la emotiva ceremonia, presidida por Miguel Díaz-Canel, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y a la que asistió también, Abel Prieto, ministro de Cultura, el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, con su verbo atinado, dibujó la vida de la prima ballerina assoluta, como artista, mujer y cubana, que llevó la gloria de su arte al más alto sitio posible en esa vocación heroica, con serenidad, sencillez y aplomo, para crear y dejar a su Patria y al mundo una Escuela Cubana de Ballet. Algo –dijo– que modeló con su propia fuerza e hizo vibrar en su corazón, resalta una crónica del diario Granma.
Y sentenció que, tratando de crear la obra, la cual llega en un momento importante de su creación artística, José Villa atrapó el espíritu de un ser excepcional para traspasarlo al bronce. Este es, desde lo más profundo, el homenaje de la nación cubana a una de sus hijas más destacadas.
Alicia, escoltada por dos jóvenes figuras del Ballet Nacional de Cuba (BNC): Rafael Quenedit y Patricio Revé, se acercó a la escultura de bronce –cuya fundición se realizó en los talleres de la Fundación Caguayo de Santiago de Cuba– para consumar un instante que pocas veces sucede en la vida: poder trascender el tiempo.
Más tarde, en la sala García Lorca del GTH, tuvo lugar la Gala por el aniversario 59 del triunfo de la Revolución Cubana. Para tal acontecimiento, el BNC presentó el ballet Don Quijote, en cuyos protagónicos estuvieron Anette Delgado y Joel Carreño, junto a solistas y cuerpo de baile acompañados por la Orquesta Sinfónica de la institución liderada por el maestro Giovanni Duarte.