La Habana, 16 may (RHC) Mucho éxito han tenido las artes plásticas cubana que exhibe por estos días el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, de Washington. Desde que dio inicio en esa institución cultural el Festival de las Artes de Cuba, miles de personas acuden a diario para disfrutar de un programa cuidadosamente elaborado y en el que todos son estrellas.
La presencia de artistas visuales cubanos enriquece esta fiesta creativa, en la que no pocos han quedado asombrados ante la originalidad y alto valor estético de las obras de plásticos, graduados todos en nuestro sistema de enseñanza artística, destaca Juventud Rebelde.
Cuentan quienes han tenido el privilegio de vivir esta experiencia que el hall principal del Centro Kennedy se abre con varias piezas de Manuel Mendive, egresado de la Academia San Alejandro, en 1963 y, años después, de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana.
También en el Salón de los Estados está presente el conocido maestro, quien ostenta el Premio Nacional de Artes Plásticas 2001, y es reconocido en todo el mundo por impregnar su obra de raíces africanas. La mencionada sala expositiva acoge Fragmentos de paisaje (2017), una serie de obras de contenido onírico en las que las personas, animales, plantas y nubes se transforman unos en otros y reflejan la visión del universo como un todo, al tiempo que se recrea el imaginario mítico popular de origen africano.
En ese mismo espacio y por encargo del Kennedy Center, Mendive ha puesto a la apreciación del público un conjunto de esculturas que muestran la vinculación del ser humano con la realidad telúrica que lo rodea (La naturaleza, el espíritu y el hombre).
Ubicadas en un lugar privilegiado de la institución cultural estadounidense, las obras de Mendi-ve pueden ser apreciadas por la mayoría de quienes acuden al KC. Muy aclamado resultó el performance presentado por este artista en el Teatro Eisenhower. Acompañado por músicos y bailarines, dio muestras una vez más de su originalidad y habilidades pictóricas, al combinar artes visuales, música y danza, en un acto único que le permitió un diálogo más directo con el público.
La relevante figura aseguró a Prensa Latina: Aquí estamos todos como hermanos y así debemos estar siempre, unidos, con amor, respeto y paz. Muchos de los interesados en su trabajo, reportó la agencia, subieron al escenario del teatro Eisenhower para contemplar a Mendive realizando «un nuevo cuadro enfocado en la simbiosis entre naturaleza y espiritualidad (...). Junto a él, en un segundo plano, estuvieron los músicos Yosvany Terry, saxofonista y compositor cubano residente en Nueva York; el percusionista Mauricio Herrera, también radicado en esa urbe; y el pianista clásico Adonis González, quien vive en Atlanta, Georgia».
Luego, según señala la agencia, entraron a escena cuatro bailarines con sus cuerpos dibujados por el artista. Fueron ellos los encargados de repartir hojas de árbol adornadas por Mendive y marcadas con su firma.
La instalación Historia Permanente, de Roberto Diago, y las obras de Roberto Fabelo, Premio Nacional de Artes Plásticas 2004, Esterio Segura y Reynerio Tamayo acaparan, igualmente, la atención de quienes asisten al festival.
Historia permanente, de Roberto Diago, graduado de San Alejandro, es mostrada en Atrium. La instalación incluye un grupo de casas pequeñas y sencillas con las que el autor sugiere a Marianao, el barrio de La Habana donde creció. Comentó el artista que sus obras expresan cómo, a pesar de las dificultades, en ciertos lugares, la gente se sobrepone y construye una realidad lo más digna posible.
Roberto Fabelo, egresado de las primeras promociones de la Escuela Nacional de Arte de Cubanacán y luego del Instituto Superior de Arte (ISA), está en la Sala de las Naciones. Las obras de este pintor, dibujante y escultor se posicionan como un símbolo de identidad cultural.
Impresionante resulta, por otra parte, la monumental pieza Híbrido de un Chrysler, de Esterio Segura, en el River Terrace. El conocido escultor, graduado del ISA, llevó al festival una pieza en la que un par de alas se encuentran atadas al techo de un auto antiguo, similar a los carros clásicos que se ven en las calles de La Habana. De esta obra se presentó una versión en la última Bienal de Venecia.
El béisbol también se hace sentir en una de las galerías del KC, donde Reynerio Tamayo presenta Cuban sluggers, fiel a su pasión por ese deporte.
Exhiben. del mismo modo, sus producciones, dos artistas no radicados en la Isla, y que estuvieron en la última Bienal de La Habana: José Parlá y Emilio Pérez. Parlá, de padres cubanos y residente en Nueva York, muestra una instalación en North Atrium Foyer que combina obras escultóricas y dos pinturas; y Emilio Pérez, pintor cubanoamericano nacido en Nueva York, llevó al States Gallery el estreno mundial de Sombras silvestres, creado para Artes de Cuba.
También, cinco diseñadores cubanos dieron vida fuera del lienzo a obras de creadores de la plástica, al convertirlas en trajes exhibidos en el KC. Los vestidos estuvieron inspirados en piezas de Adigio Benítez, Alfredo Sosabravo, Manuel Mendive, Roberto Diago y Roberto Fabelo. La pasarela, ubicada en el Escenario Milenio del Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas, forma parte del proyecto Arte y Moda, e incluyó vestuarios concebidos por Sandra de Huelbes, Ignacio Carmona, Otto Chaviano, Mariela Alemán y Celia Ledón.
En la elaboración de las piezas se utilizaron desde textiles de alta calidad, productos reciclados industriales y recursos naturales.
Artes de Cuba: De la isla al mundo, comenzó la semana pasada y continuará hasta el 3 de junio venidero. «Cuba es una potencia cultural, y poder presentar una lista tan diversa de artistas cubanos y cubanoestadounidenses (…) no tiene precedentes», dijo Deborah F. Rutter, presidenta del Kennedy Center.
(Juventud Rebelde)