Santiago de Cuba, 11 nov (PL) El Conservatorio Esteban Salas, uno de los primeros centros de la enseñanza artística en Cuba, promueve hoy los estudios de la música cubana, popular y tradicional en una ciudad notable por sus aportes al pentagrama nacional.

Margarita Vaillant, directora de la institución, resaltó la formación en esas aulas de artistas que triunfan en el mundo y reconocen la valía de esos años iniciales, como algunos que son altamente reconocidos en los ámbitos del jazz en Nueva York y en otros circuitos internacionales.

Refirió como ejemplo al saxofonista radicado en París Eduardo Fernández, quien hace pocos días se presentó para los santiagueros al frente de la orquesta Mi sol, una agrupación con la cual defiende ancestrales ritmos cubanos y en la que enseña a instrumentistas de varias ciudades europeas y latinoamericanas.

En esa prioridad a los géneros más auténticos desde la enseñanza, Vaillant aludió a varios formatos que cultivan esas vertientes y en particular al cuarteto de saxofones, que participa en el evento Jojazz en La Habana y al septeto integrado por estudiantes de las cátedras de guitarra, percusión y asignaturas teóricas.

Cuartetos de violín y de trombón y dúos de guitarra y voz se insertan en esos propósitos, que se amplían con el alistamiento de una banda de jazz y la revitalización del coro Sirena, fundado por el maestro Electo Silva, Premio Nacional de Música, que fuera emblemático en la escuela, apuntó su directora.

La Orquesta de Cámara prepara la interpretación de villancicos inéditos en la urbe de Esteban Salas, considerado el primer músico cubano, agregó Vaillant al referirse a la próxima jornada artística y pedagógica en la que tomarán parte también la Orquesta Sinfónica Juvenil y la Banda de Conciertos.

Graduada ella misma de piano en el Conservatorio en 1989, reconoce un segundo aire en una institución docente de casi 60 años que insufla juventud y profesionalidad al panorama sonoro del país y trasciende las fronteras.