¡Cuba, Cuba! Así la llamaban en la calle, mientras caminaba, y ella se asombraba. Sí, ella representaba a nuestro país allí, pero no imaginó que la cultura de isla caribeña gustara tanto y que más allá de la conocida Guantanamera pudieran cantar estribillos de otras piezas.
Rebeca Émbil quedaba muy asombrada, y lo estuvo desde que quiso probar suerte en el Café Miramar, el 28 de febrero pasado, ante el jurado que elegiría, entre todas las voces que se presentaron, aquella que iría al XXVII Festival Internacional de las Artes Slavianski Bazaar, de Vítebsk, en Bielorrusia, del 13 al 16 de julio. Y tuvo la dicha de ser la escogida.
«En esa fase del concurso interpreté la obra El amor se parece a un sueño, del compositor ruso Igor Krutoy. Esa canción ha tenido muchas versiones y una de las más populares fue la de la cantante rusa Alla Pugachova. Ante el jurado interpreté además una samba, porque me gusta mucho la música brasileña y como tema cubano escogí Mis 22 años, en homenaje a Elena Burke, porque en esa fecha la recordábamos».
En Belarús y se sintió más sorprendida al saber que de 48 concursantes a nivel mundial solo 20 fueron seleccionados, y de ellos 15 pasaron a la fase final. «Había artistas de Guinea, Egipto, Vietnam, Alemania, Armenia y Polonia, y por primera vez asistieron niños con siete, ocho y hasta 12 años, de diferentes países, para participar en el festival infantil.
«Fue muy emocionante para mí participar en este certamen y al recibir los premios, al principio, ni me lo creía. Canté la misma canción rusa El amor se parece a un sueño, aunque no pude regalarla con un arreglo más caribeño, más cercano a la música cubana, porque a la orquesta le fue muy difícil seguirlo. También interpreté Libre de pecado, de Adolfo Guzmán, y Sobreviviré, popularizada por Gloria Gaynor».
Rebeca obtuvo el Premio de la Popularidad, otorgado por el público y la prensa asistente, y el Premio a la Excelencia por la interpretación de una canción eslava.
Cuando la noticia se multiplicó en diferentes medios, pocos sabíamos quién era Rebeca Émbil. «Mi carrera musical ha sido corta. Estudié Pedagogía, recibí clases de canto en la Casa de la Cultura de Diez de Octubre, y luego de presentarme a una convocatoria fui durante un año parte de la Academia Nacional de Canto Mariana de Gonitch».
Justo el día de la graduación su vida giró. «El cantautor cubano Raúl Torres me escuchó y me propuso formar parte de su grupo. Disfruté mucho esa experiencia, de 2010 a 2013; incluso viajamos juntos a Venezuela en misión, luego de la muerte del Comandante Chávez. Luego la maternidad robó mi tiempo y ahora soy noticia de manera inesperada».
Los reconocimientos en la nación europea se suman al Gran Premio en el Concurso de Canto Mariana de Gonitch, en 2013, y los diplomas por Mejor intérprete, Premio de radio y televisión, Habilidad artística y Mejor intérprete internacional.
«He vivido una gran experiencia; me siento muy orgullosa de que a Cuba se le quiera tanto en otros países y haber sido testigo de ello es maravilloso. Quedé como invitada a la celebración del aniversario 30 del Festival para cantar en la gala, y ahí repetiré las emociones, sin dudas, porque volveré a ser Cuba por unos días». (Tomado de JRebelde).