La Habana, 1 abr (RHC) Aunque muchos se ganen con honradez la vida por medio del arte, el arte es mucho más que una forma de sustento. Es una ventana para aligerar la existencia, es un modo de ensanchar el alma y provocar en otros el bendito efecto.
Con su fuerza bienhechora, el arte despeja y sana, sacude el ánimo, incide en los miramientos, lima las angustias, despoja la tristeza, y si no puede tanto, al menos acompaña. Sucede la vida y ante las escenas felices u hostiles, el arte invita al reencuentro en hondo viaje hacia nosotros mismos.
Como un lienzo enorme y extendido, un teatro desolado, una página sin estrenar, pretendió ofrecerse el mundo, al no poder sacudirse de encima la realidad que representa la pandemia provocada por la COVID 19. Aislamientos forzosos, rostros cubiertos, saludos reformados, besos reprimidos cambiaron el escenario cotidiano. Pero el arte encontró el modo de juntar manos y alentar espíritus. El espacio virtual, hasta donde no llega el mal del que más habla hoy la humanidad, se convirtió en tribuna plena y por iniciativa de unos, asumida pronto por otros, y ante la cancelación de conciertos y presentaciones, se hizo alegría compartida.
Entre los primeros artistas cubanos que animaron desde sus casas al público internauta vimos a David Blanco, William Vivanco, Patricio Amaro, la banda New World, Pepe Gavilondo, Degnis Boffil y Dj Landeep. La idea fraguó después en otros músicos, acogidos a la transmisión que desde hace días sale conjuntamente por las frecuencias del Canal Clave, Radio Progreso, canal Youtube del Ministerio de Cultura y el enlace de cien páginas Facebook, que siguen desde sus casas diversos públicos del país.
Hoy se suman a la ola de nuestras presentaciones virtuales poetas, magos, creadores de los diversos lenguajes artísticos. El Ballet Nacional de Cuba; la Casa de Iberoamérica, en Holguín; la acción Palabra del Mundo, del Festival de Poesía de La Habana, entre muchas otras propuestas.
Desde muchos puntos de la geografía virtual el arte gana terreno y espanta temores. Que sea como nunca bienvenida la música, y junto a ella la pintura, la literatura y el teatro, para estimular el obligado paro de una buena parte del mundo. Que vengan a decirnos que existen para nosotros, que nos harán mejores, que la belleza de la creación nos devolverá al mundo más completos, más dispuestos a mejorar el planeta azul donde no cesan demasiados pavores. Tomado de Granma).