La Habana, 16 jun (PL) El presidente de honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Miguel Barnet, reconoció hoy a la vedette Rosita Fornés como la más versátil y carismática artista cubana de los últimos tiempos.
La bailarina, cantante y actriz falleció el pasado 10 de junio en Estados Unidos, pero para cumplir con su última voluntad, los restos fueron trasladados a Cuba, donde el pueblo le rindió tributos y en esta capital tendrán su descanso definitivo.
Imposible apresar una carrera tan rica y fructífera en unas pocas líneas. Rosita no hizo otra cosa en su vida que trabajar con profesionalismo magistral para entregarle al público su encanto y glamour, atributos implícitos en su personalidad, consideró el etnólogo al despedir el duelo en el Cementerio de Colón.
A juicio del poeta, narrador y ensayista, Rosita caló hondo en el alma del pueblo y fue fiel a todos los públicos, sobre todo al de su país.
Donde quiera que esté un cubano o una cubana, en cualquier latitud del mundo que respire, encontrará ella un admirador o una admiradora. Fue generosa con todos y carente de prejuicio alguno, a nadie desdeñó, sostuvo.
Para Barnet, Cuba exhibió a Fornés con orgullo como el más preciado trofeo del teatro musical, la opereta, la zarzuela, el cabaret, la canción y el cine del continente, además la radio y la televisión fueron predios donde ella desplegó también su gracia y talento.
Igualmente, destacó que asumió papeles dramáticos de envergadura, así como la de alta comedia y el sketch ligero junto a su inseparable pareja Armando Bianchi.
Reina de la radio y de la televisión en las décadas de los 40 y los 50, el público la aclamó como a una de sus figuras más célebres; porque ella no fue otra cosa que un pueblo vestido de luz, comentó el poeta emocionado.
También, recordó que la bautizaron como la novia de México y en tierra azteca alternó con figuras como Pedro Vargas, Libertad Lamarque, Joaquín Perdavé y Tin Tan, entre otras.
Enseñoreó el teatro español en Cuba bajo la dirección de Antonio Palacios y entre muchas otras actuaciones lució sus galas en la comedia musical Hello Dolly como una prueba de fuego para la vedette, afirmó.
En opinión de Barnet, Fornés creó una imagen de la sensualidad femenina que ha quedado como un modelo de buen arte y en Cuba actuó con las más notables figuras de su época.
Admiró como a pocas a Alicia Alonso, a Rita Montaner, a Esther Borja y a muchos de sus contemporáneos porque la generosidad y el espíritu de justicia fueron dones que ella ostentó, dijo.
El mejor modo de honrarla es no olvidar nunca su imagen de mujer bella y fulgurante, la imagen de una artista que solo se explica en el misterio, reflexionó Barnet.
Su desaparición física será una resurrección de su incandescencia y la posibilidad de nunca perderla. Rosita descansa tranquila porque nunca te vamos a olvidar. Y gracias por todo, concluyó.