La Habana, 16 jul (RHC) En tiempos cuando las luchas contra la discriminación y la segregación racial cobran auge, la obra del Poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén, ofrece la oportunidad de conectar con la historia y constatar la vigencia de su pensamiento.
Guillén, constante defensor del "color cubano", de esa mezcla de razas y culturas que identifican a los habitantes de esta tierra, falleció el 16 de julio de 1989 tras una prolífica vida dedicada a la poesía, el periodismo y el activismo político.
Autor de poemarios emblemáticos como Sóngoro Cosongo y Motivos de Son, fue el primer galardonado con el Premio Nacional de Literatura de Cuba y se caracterizó por el empleo del lenguaje popular sin dejar de lado la crítica social, ofreciendo así una perspectiva realista a sus relatos.
Entre sus logros resalta su maestría en trasladar a la literatura las costumbres, lenguaje, fisionomía, luchas internas, roles y tradiciones de las personas negras, en textos que han servido de inspiración para reconocidos músicos como Alejandro García Caturla, Amadeo Roldán, Bola de Nieve y Jorge González Allué.
A pesar de encontrar disímiles detractores por lo irreverente y revolucionario de su obra, el autor de Negro Bembón gozó de los aplausos de la crítica especializada como la de Cintio Vitier, quien apuntó que uno de los aportes mayores fue sacar el son de la tradición oral para colocarlo en el centro de la poesía culta.
Desde 1991, la Fundación Nicolás Guillén, auspiciada por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, se dedica a preservar, estudiar y difundir la obra literaria del poeta cubano a través de conferencias, cursos, simposios, festivales, exposiciones y espectáculos de diversas manifestaciones.
Por azares del destino o antojos de la historia, la fecha del fallecimiento de Guillén coincide con el natalicio de otra figura emblemática de la cultura cubana, el investigador Fernando Ortiz, con quien comparte no solo una efeméride sino un legado plagado de cubanía.
Unidos también por su labor en defensa de la identidad cubana, ambos constituyen pilares de la cultura cubana, pues tanto el tercer descubridor de Cuba (Ortiz), como el Poeta Nacional abrieron el camino del reconocimiento de las raíces, legaron ajiacos, sones, conceptos, versos, investigaciones y una extensa obra vigente en la actualidad.
Ortiz, cuyo 139 aniversario del natalicio se conmemora este jueves, fue un intelectual identificado con la cultura popular, la realidad nacional y sus contextos sociohistóricos, aportó estudios emblemáticos como el volumen Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, en el cual introduce el concepto transculturación, así como diversas investigaciones. (Fuente: Prensa Latina)
