Foto: Michael Ochs Archives. Getty Images.
Sesenta y un años después de lanzar su primer sencillo, “Love Me Do”, los Beatles han lanzado el último. “Now and Then” refleja, en las tres palabras de su título, su antecedente, que está al otro lado. El sencillo acompaña a una nueva versión de los álbumes de grandes éxitos Red y Blue del grupo.
Podría considerarse una estrategia cínica de mercadotecnia, pero la historia de su larga gestación sugiere lo contrario. Dentro de la historia de “Love Me Do” hasta “Now and Then” está la historia de amor de John Lennon y Paul McCartney, que también es la nuestra.
Más de medio siglo después de la separación de los Beatles, sus canciones siguen impregnando nuestras vidas. Las cantamos en las guarderías y en los estadios; las lloramos en bodas y funerales, y en la intimidad de nuestros cuartos.
Las canciones de los Beatles nos siguen hablando de manera tan directa porque son vehículos de transmisión de sentimientos demasiado poderosos para el habla normal. Lennon y McCartney eran jóvenes intensos que crecieron en una época en la que no se animaba a los hombres a hablar de sus sentimientos, ni en terapia ni entre ellos. Su educación emocional vino de la música, especialmente de la música de artistas negros como Smokey Robinson, Arthur Alexander y The Shirelles. Casi todo lo que sentían —y sentían mucho— lo volcaban en la música, incluidos sus sentimientos mutuos.
“Now and Then” no fue concebida como una canción de los Beatles. Bastante después de la disolución del grupo, Lennon la escribió al piano durante su periodo en retiro de la escena pública a finales de la década de 1970. La grabó en una grabadora y la guardó. En 1994, su esposa, Yoko Ono, descubrió un par de casetes con las maquetas de canciones de su marido y las aportó al proyecto retrospectivo de los Beatles Anthology.
En la etiqueta de una de ellas, Lennon había garabateado “Now + Then”, como si quisiera destacar esa canción en particular. Pero como la calidad del sonido era muy mala (George Harrison la calificó de “basura”), “Now and Then” no llegó muy lejos.
Pero McCartney nunca se olvidó de ella. Envió el demo a Peter Jackson, el director del documental sobre los Beatles Get Back, que utilizó tecnología de audio de vanguardia para limpiar la cinta tan a fondo que sonaba como si Lennon estuviera de nuevo en la sala.
“Ahí estaba, la voz de John, cristalina”, dijo McCartney. “Es muy emotivo”. McCartney y Ringo Starr, ahora con más de 80 años —y George Harrison, de manera póstuma— añadieron partes.
¿Por qué McCartney fue tras este proyecto durante tanto tiempo? Ya está bastante ocupado, tan solo en los últimos cinco años, ha trabajado en álbumes en solitario, un libro de memorias, un musical y una gira mundial.
“Now and Then” es una canción dulcemente melancólica, pero quizá no al nivel de los Beatles cuando estaban juntos. Giles Martin, productor de este nuevo tema e hijo del legendario productor de los Beatles George Martin, tiene una teoría: “Tengo la sensación de que ‘Now and Then’ es una carta de amor para Paul escrita por John”, afirma, y cree que “por eso Paul tenía tanta determinación de acabarla”.
Aunque se le ha calificado de amistad, rivalidad o asociación de conveniencia, la mejor manera de concebir la relación entre estos dos genios es como una aventura amorosa. Por lo que sabemos, no fue una relación sexual, pero sí apasionada: intensa, tierna y tempestuosa.
Lennon y McCartney se conocieron siendo adolescentes en 1957. Eran talentosos, carismáticos y estaban dañados. McCartney había perdido recientemente a su querida madre a causa del cáncer; Lennon había pasado de madre a padre y a tía sin sentirse nunca querido. Su madre, Julia, a la que adoraba, murió atropellada por un conductor imprudente un año después.
El duelo unió a estos niños huérfanos de madre, y también la risa. Pero la música fue el vínculo más fuerte de todos. Decidieron escribir canciones juntos, promesa que mantuvieron hasta la separación de los Beatles, y soñaron con crear todo un mundo privado.
En pocos años, el mundo se convirtió en su sueño. La microcultura que germinó entre ellos se convirtió en la filosofía de los Beatles, que dejó una huella perdurable en todos nosotros. Puede que no seamos tan optimistas como ellos en aquel entonces, pero estamos imbuidos de su curiosidad incesante, su imaginación salvaje y su creencia en las posibilidades del amor.
A lo largo de su relación, Lennon y McCartney utilizaron las canciones para decirse cosas que quizá no se sentían capaces de decirse a la cara. Lennon dijo que escribió la canción de 1968 “Glass Onion” (un verso dice: “the walrus was Paul” o “la morsa era Paul”) como una forma de hacerle saber a McCartney que seguían siendo amigos.
Tras la ruptura de la banda, mantuvieron un diálogo a distancia, en canciones llenas de recriminaciones, arrepentimiento y afecto. Lennon, herido por las ofensas que McCartney había incluido en su álbum Ram (“You took your lucky break and broke it in two” o “aprovechaste tu gran oportunidad y la partiste en dos”), grabó “How Do You Sleep?”, un ataque rencoroso e hiriente contra su antiguo compañero compositor (“the only thing you done was yesterday” o “lo único que hiciste fue ‘yesterday’”).
McCartney respondió con “Dear Friend”, una melancólica llamada al cese de hostilidades (“Is this really the borderline?” o “¿De verdad este es el límite?”).
Después de esto, se dio una tregua. Durante el resto de la década, hasta la muerte de Lennon en 1980, hicieron esfuerzos vacilantes para restablecer su amistad desde distintos lados del Atlántico. McCartney y su esposa, Linda, visitaron a Lennon en Estados Unidos, pero es posible que se reservaran sus verdaderas confidencias para las canciones.
En “Let Me Roll It”, McCartney hace una imitación virtual de Lennon. En “I Know (I Know)”, Lennon canta: “Hoy te quiero más que ayer”, sobre un solo de guitarra basado en su última colaboración directa para componer canciones, “I’ve Got a Feeling”.
“Hablar es la forma más lenta de comunicarse”, dijo John Lennon en 1968. “La música es mucho mejor”. En cierto sentido, la música de los Beatles, que tanta alegría y consuelo aporta, es el fruto glorioso de la represión masculina. Nos gusta pensar que vivimos en una época emocionalmente más ilustrada. Hemos aprendido a hablar las cosas. Sin embargo, a veces pienso que eso es una especie de evasión, o un fallo de las agallas. Hemos despertado del sueño y, sin embargo, parecemos estar más confusos que nunca.
Carl Perkins, guitarrista y cantante de rockabilly y héroe de los Beatles, colaboró con McCartney tras la muerte de Lennon. Un día, tocó para McCartney una canción que había escrito para él con la frase: “Mi viejo amigo, ¿no pensarás en mí de vez en cuando?”.
McCartney lloró y salió de la habitación, dejando que Linda tranquilizara a un sorprendido Perkins. “Ella dijo que [esas fueron] las últimas palabras que John Lennon le dijo a Paul en el pasillo del edificio Dakota”, declaró Perkins a la revista Goldmine hacia el final de su vida. Lennon “le dio una palmadita en el hombro y le dijo: ‘Piensa en mí de vez en cuando, viejo amigo’”.
Podemos entender por qué una canción llamada “Now and Then” (algo así como “de vez en cuando” en español) puede ser tan importante para McCartney, y podemos adivinar lo que escucha en la letra de Lennon:
Si debemos comenzar de nuevo
Entonces estaremos seguros
De que te amaré…
De vez en cuando, te extraño
De vez en cuando
Quiero que estés ahí para mí.
En esas dos últimas líneas, podemos oír la voz envejecida de McCartney uniéndose a la de su viejo amigo.
El año pasado, estuve entre el público del MetLife Stadium de Nueva Jersey en un concierto de McCartney. El primer bis del concierto fue un dueto virtual con Lennon de “I’ve Got a Feeling”, con imágenes del concierto en la azotea de 1969.
Podría haber sido un truco barato, pero cuando McCartney se giró hacia la imagen gigante de su amigo de joven, lloré, junto con miles de personas.
La tecnología puede revivir el estado de ensoñación, aunque solo sea durante una canción.
(Tomado de The New York Times)