La Habana, 27 nov (RHC) La gran novena beisbolera, que es todo el archipiélago cubano ha recibido con mucho dolor la noticia de la desaparición física del líder histórico de la Revolución, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y las muestras de agradecimiento por su entrega incondicional para con el deporte nacional no se hicieron esperar.
Justo ese sentir nos transmitió el director de los Cocodrilos de Matanzas, Víctor Mesa, hombre muy querido por Fidel.
«Estuve mucho tiempo a su lado y ahora me siento triste, muy triste, es una de las noticias más duras que hemos recibido en los últimos años, no me cabe la menor duda de que cayó como una bomba en toda la familia del deporte cubano», precisó vía telefónica el otrora estelar jardinero central de los equipos villaclareños de la selección nacional.
«De regreso a Matanzas, los muchachos venían llorando en la guagua, con una sensación de pesimismo muy grande. Tuve que pararme y darles ánimo para seguir adelante; y lo podemos hacer dando un mejor espectáculo al pueblo, jugando mejor béisbol y defendiendo siempre a Cuba en cualquier escenario», añadió con la voz algo cortada el 32.
Similar sentimiento llegó a través de Roger Machado, mánager de los Tigres de Ciego de Ávila. «Estábamos en el hotel anoche (viernes) después de jugar contra Villa Clara, en el Cepero, y recibimos la noticia como un golpe muy duro. Ya Fidel tenía 90 años, pero nos sorprendió, todo el equipo se reunió al filo de la medianoche para escuchar las palabras de Raúl, y fue muy impactante», relató.
«Se nos ha ido uno de los líderes más influyente del mundo y del siglo XX, pero nosotros ahora debemos seguir adelante, dar continuidad a sus ideas, a sus principios, y tener siempre presente cada enseñanza», destacó el timonel avileño.
Por su parte, el serpentinero Oscar Gil, recordado como uno de los héroes del único título beisbolero de Holguín, y actual entrenador de los Cachorros, reconoció que la noticia fue impactante.
«Nuestro equipo había cortado una racha negativa de muchas derrotas con dos victorias consecutivas, pero este sábado en la mañana cuando nos reunimos estábamos derrumbados, adoloridos, casi no podíamos hablar. Era algo para lo que nadie estaba preparado, porque pensábamos que Fidel sería eterno, pero de cierta manera él siempre estará con nosotros», aseguró.