VIÑALES, Pinar del Río.—Ritmo endemoniado, tironazos impresionantes, desgaste físico y psicológico a sus contrincantes. Todos estos detalles se tradujeron en un dominio absoluto del colombiano Diego Alejandro Tamayo cuando dejó atrás el área protegida de Mil Cumbres, a pocos kilómetros de La Palma, pero…

Rotura de los tensores y los rayos, problemas con los cambios, una caída ya avistando la meta, en fin, un calvario indiscutible sufrió el pedalista cafetero en los últimos compases de la segunda etapa de la II Titan Tropic Cuba de mountain bike, en la cual logró mantener el malliot de líder, aunque uno de sus más duros rivales de cara al trono le recortó un déficit de casi nueve minutos en la clasificación general.

Hablamos del catalán Roberto Bou, quien corre por el equipo Tomás Bellés, vencedor del largo trazado entre Soroa y Viñales (111 kilómetros) con crono de 4:02.55 horas, válido para disminuir la diferencia respecto a Tamayo (4:09.29), quien ahora solo cuenta con ventaja de 2:57 minutos sobre Bou en la tabla de punteros.

«El lunes en el team cometimos errores y quedamos un poco lejos, por lo que la idea era recuperar tiempo respecto a Tamayo. He jugado mis cartas aprovechando las subidas, en las que me siento bien por el entrenamiento que he hecho. Al final el ataque ha dado sus frutos, estoy muy contento y representa una gran victoria», precisó el joven de 23 años, quien ya el año pasado ganó la última etapa del trazado entre Viñales y Cayo Jutías.

En esta oportunidad, el tramo de Soroa hasta los exuberantes mogotes pinareños fue bien complejo para los pedalistas, quienes en los primeros 21 kilómetros afrontaron escaladas por asfalto, cruces de ríos y un camino pedregoso muy irregular, sumamente técnico, en el cual las bicicletas sufrieron mucho desde el punto de vista mecánico.

El español Josep Betalú, monarca de la Titan Desert de Marruecos este año, a sabiendas de su retraso —a más de 20 minutos del líder—tras la primera etapa, tomó las riendas y salió delante, pero el ritmo combinado de Bou, el catalán Ismael Ventura, los cubanos Yoandy Freire y Álvaro Soca, y del propio Tamayo, neutralizaron su ímpetu a la altura del poblado Cinco Pesos, cuando no se había completado un tercio de la carrera.

De ese grupo varios se descolgaron y parecía que Tamayo se llevaba el gato al agua, pero los contratiempos mecánicos le hicieron perder valiosos minutos, en los cuales tuvo que bajar constantemente de la bici para enmendar como podía los problemas. No obstante, la renta ganada anteriormente, combinada con su excelente condición física le permitieron culminar tercero la etapa, por detrás del anfitrión Freire (4:07.57), de nuevo muy fuerte pese a sus problemas con los cambios.     

Toda la expectación que produjo el acercamiento en la clasificación general masculina, no impidió que muchos se congregaran en la meta para esperar el desenlace de las chicas, electrizante en esta oportunidad. Juntas cruzaron el arco del Rancho San Vicente las cubanas Marlies Mejías y Olga Echenique, así como la española Nuria Picas, pero…

El poder rematador de la olímpica antillana, debutante en lides de ciclismo de montaña, la encumbró por segunda jornada consecutiva (tiempo de 5:14.17 horas) y la consolidó en la cima de la lid, con Nuria y Olga a la zaga, por ese orden, resultado que es superior al esperado según su criterio.

«La loma no me afecta, pero el tránsito por caminos con muchas piedras sueltas y el cruce de los ríos sí fue bastante difícil, se necesita técnica que no tengo, porque llevo poco tiempo de entrenamiento. No obstante, trabajamos en equipo Olga y yo, y logramos la punta en esta etapa», aseguró Marlies, quien catalogó el recorrido como una super aventura entre paisajes hermosos.