Alazanes de Granma luchó hasta el último out, pero Águilas de Mexicali se desquitó de lo sucedido un día antes y le dejó con los deseos de discutir el cetro de la Serie del Caribe de béisbol organizada en esta ciudad.

Los zurdos Miguel Eduardo Peña y Héctor Daniel Rodríguez fueron verdugos de una batería que apenas produjo dos incogibles y desaprovechó las oportunidades necesarias para respaldar el excelente desempeño de su abridor Lázaro Blanco.

En definitiva una sola carrera, fabricada en el quinto episodio, bastó para que las más de 20 mil almas reunidas en el estadio de los Tomateros de Culiacán multiplicaran el entusiasmo sostenido desde el comienzo del duelo.

Pero incluso en medio de su justificada alegría esa propia afición premió a los cubanos cuando aplaudió al director Carlos Martí en su trayecto hacia el local habilitado para las conferencias de prensa.

«Lo hicieron muy bien», gritó desde los palcos cercanos al banco de tercera uno de los muchos fanáticos que insistieron en reconocer lo que el propio Martí consideró muestra de entrega y vergüenza deportiva.

«El equipo jugó con honor», enfatizó el estratega, quien pese al lógico malestar volvió a hacer gala de profesionalidad y franqueza al dialogar con los informadores.

«No se bateó, la ofensiva no produjo, y en el béisbol hay que hacer carreras para aspirar a la victoria», sostuvo en torno al desenlace convertido en adiós a la final de este martes.

«Cualquier error es parte del juego, y nada de eso definió, porque el pitcheo contrario fue completamente dominante aunque hicimos los cambios que consideramos oportunos para enfrentar a un abridor zurdo», significó.

Interrogado sobre la exigencia de vérselas con la selección local solo horas después de haberle aventajado cuatro anotaciones por cero el timonel granmense volvió a ser categórico.

«Cualquier otro rival habría hecho resistencia, porque este es un evento de calidad, que reúne a jugadores con oficio, acostumbrados a probase a un nivel importante», consideró quien dirigirá la formación de la isla en el venidero Clásico Mundial.

«Habíamos vencido a México, pero se trata de un equipo al que es muy difícil derrotarlo por segundo día consecutivo, y creo que se jugó bien, luchando como en todos los partidos», añadió.

«Vinimos a batallar, a dar espectáculo, a hacer el mejor papel posible, y le estamos agradecidos por lo que han demostrado los nuestros», manifestó.

No por gusto los reporteros le regalaron un espontáneo aplauso al cierre de sus palabras y otra vez, de regreso a la banca, recibió muestras de respeto emitidas por un público que valoró la hidalguía de la armada a sus órdenes.

Él y sus muchachos habrían querido ocupar el lugar que defenderá México contra Puerto Rico, victimario 9-6 de Venezuela, pero ninguna frustración opacará el mensaje de humildad y sentido de pertenencia con que defendieron ese sueño.