Cali, Colombia, 19 jul. (JIT).- «Los muchachos han trabajado bien como grupo, el Torneo de Retadores clasificatorio y el de Portugal sirvieron de mucho de cara a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, aunque los contrarios en Pinar del Río, excepto Puerto Rico, no eran de mucho nivel, pero los resultados fueron muy positivos para su debut como equipo en esta temporada».
Fue la primera expresión de Nicolás Vives, el director técnico de voleibol, cuando JIT lo abordó sobre las reales posibilidades de Cuba en la cita regional, prevista del 19 de julio al 3 de agosto en Barranquilla, Colombia, y en las subsedes de Cali y Bogotá.
Destacó la juventud de la selección y que precisamente no habían jugado como tal desde noviembre, ya que seis de sus integrantes estaban en las ligas foráneas, pero que el objetivo en los Juegos Centrocaribeños es ganar.
«Hasta la mayoría de los suplentes tienen la misma edad que los regulares, casi todos son de similar generación y vienen juntos del sub-21 desde el año pasado. El más novel Marlon Yant, de muchas perspectivas, 17 años, 2,02 metros y las condiciones para ser titular, lo insertamos poco a poco, sin apurarlo y cuidándolo para que en un futuro inmediato asuma esa responsabilidad».
Se refirió a otras individualidades como Miguel David Gutiérrez, el único que jugó en Italia, y Miguel Ángel López y Osniel Mergarejo, de los seis que estaban en Argentina.
«Tenemos que seguir trabajando mucho para elevar la calidad del recibo, pero se necesita experiencia para mejorar ese elemento con los distintos cambios de saque, por eso necesitamos jugar bastante para que se habitúen a los diferentes servicios».
Señaló que el plantel posee buenos atacadores, el opuesto y bloqueadores, así como un fuerte saque. Destacó que Liván Osoria exhibe estabilidad.
«No me preocupa ningún aspecto, lo que debemos insistir en el trabajo colectivo y mejorar algunos aspectos internos, para darle solución a situaciones reales del juego».
Califica la disciplina de espectacular, «a ello obedece lo poquito que hemos logrado hasta ahora y al apoyo de la familia, un eslabón vital en el desarrollo de estos jugadores, es lo que vincula al atleta con los compromisos que tenemos y los entrenadores. Los siguen fervientemente, le dan mucho ánimo y siempre están ahí en cada juego».
En Barranquilla Cuba (tercero en el 2014) aparece en el grupo A con el campeón defensor República Dominicana, México (cuarto) y Venezuela (quinto). En el B, Puerto Rico (2), Colombia (7), Trinidad y Tobago (8) y Guatemala, que no estuvo hace cuatro años.
«Conocemos a México y Puerto Rico, pero no hay contrario fácil, se debe jugar duro contra todos ya que será un torneo muy parejo, aunque sin dudas nuestra llave es la más difícil, pero estamos preparados para ganarlo y no tenemos impedimentos de cumplir el objetivo, recuperar la corona, que por última vez se consiguió en 1998».
Opinó que la Copa de Retadores en Portugal fue muy buena porque jugaron cinco partidos de otro nivel, «pero la idea es dar lo mejor de sí, siempre nos proponemos ganar y luchar por llegar un día a la Liga de las Naciones, que es retornar al más alto rango, muy importante para el voleibol masculino».
«Antes de viajar a Barranquilla estaremos del 20 al 25 de julio en Argentina, donde jugaremos quizás dos o tres partidos con su selección nacional, o entrenar con ellos».
Recordó que del 12 al 20 de agosto es la Copa Panamericana en Córdoba, México, donde los cinco primeros lugares clasifican para los juegos continentales múltiples de Perú 2019.
«Siempre competimos con objetivos y en el deporte de alto rendimiento es ganar, primero luchar por el boleto a Lima y después pensar en el título, será difícil al estar Argentina, Estados Unidos, Brasil y el área de Norceca, pero la encomienda es entregarnos y estar entre los tres primeros, no obstante la mentalidad es por el oro».
Sobre la proyección con la mira en los Juegos Olímpicos de Japón 2020 reconoció que será un camino escabroso, «todos queremos participar y solo hay cupos para 12 equipos, una ruta complicada, nos quedan dos años y ya el mundial de Bulgaria-Italia dará plaza al campeón, este es otro evento que nos servirá de mucho en el desarrollo y siempre hay que ir con la idea de clasificar, algo muy serio porque son muy jóvenes pero no imposible, ya empezamos a soñar».
«Mis jugadores son muy positivos, entrenan bien, son muy jóvenes y hay momentos complicados al entrenarlos porque les falta mucha experiencia, poseen un promedio de 21 años de edad, y en este deporte se madura de verdad sobre los 28 años, es un proceso largo y nosotros a raíz de algunas situaciones hemos violado muchas etapas, pero los resultados han sido efectivos y seguimos trabajando duro».
Elogió a su colectivo técnico, el trabajo de sus auxiliares Yosvany Muñoz y Ángel González, ambos con años de labor en la base y que saben de esta disciplina.
«Hemos tenido el privilegio de contar con Antonio Iznaga, excelente médico vinculado por muchos años al voleibol, nos ha ayudado también a encaminar el trabajo en todos los aspectos».
Agradeció la posibilidad de contar hace un año, y cada vez que está en Cuba, de la asesoría de Justo Morales, entrenador con mucha veteranía.
«Sus criterios todos son válidos, me gusta escuchar de su experiencia, todos tenemos una gran comunicación y nos reunimos hasta tres veces en la semana para debatir e intercambiar opiniones».
«A su vez oímos a los jugadores, sus preocupaciones, es bueno atenderlos y sacar de ellos sus conocimientos, todos nos sentimos cómodos, fluye mucho la comunicación que es muy importante en un colectivo, tengo muy buena relación sin dejar de existir el respeto. Este grupo sabe escuchar y en jóvenes a veces es muy difícil, yo lo fui y eso es complicado, pero ellos se han dado cuenta que haciéndolo han avanzado».
«La disciplina, el respeto y el ejemplo es clave para el éxito, tiene que predominar en el deporte sea individual o por equipos, en el entrenador es esencial la ética y la presencia, es un pedagogo, un consejero y no solo impartir técnica, hay que orientarlos para que aprendan a comportarse en un restaurante, en el ómnibus, donde estén; a vestirse adecuadamente según el momento, por eso uno debe convertirse en un líder, ser hasta como un padre, de lo contrario vienen los problemas».
«Es bonito el reconocimiento de la familia, conscientes de que los muchachos pasan más tiempo con nosotros, que los encaminamos hacia un futuro en el cual tienen todas las posibilidades y condiciones de ser excelentes jugadores del primer nivel y cuando se retiren hombres útiles y preparados».
Sobre la presión que puede sentir por la familia del voleibol y sus seguidores señaló que «en el deporte siempre está latente, el objetivo es triunfar, es muy complicado ir a un partido y estar tan relajado cuando sabes que tienes que ganarlo, y nosotros especialmente tenemos ese apremio de triunfar o estar entre los primeros, pero no me quita el sueño, me gusta trabajar, y alejo el estrés en la casa con la familia, mis dos hijas y también con mi mamá».
«Cuando te dan la posibilidad de dirigir un equipo tienes que ponerle el ciento por ciento a esa responsabilidad, también hay que atender a la familia, pero hay que estar dedicado al trabajo, el grupo desde el año pasado tiene muchas expectativas, subcampeón mundial juvenil y bronce en el mundial sub-23, y ese mismo color en la Copa Panamericana, ganamos el Premundial en Pinar del Río en el 2017 y este año la clasificación al Challenger Mundial, son eventos que te exigen».
Vives, por casi 15 años pasador del equipo nacional, dice sentirse cómodo con este grupo, «me relajo en la habitación pensando en las cosas que hay que hacer bien, las cosas que pueden suceder en el camino y eso me da tranquilidad antes de los partidos. Me gusta leer y la televisión me relaja mucho, y me siento muy a gusto en lo que hago y así seguiré trabajando».
El joven cienfueguero participó en tres juegos olímpicos en 1992, 1996 y 2000; y en todas las ligas mundiales desde 1992 hasta el 2000 y luego en el 2003. Después como entrenador, desde el 2007 hasta la actualidad.
«Estoy muy contento de haber tenido la oportunidad de estar en este deporte y siempre esperar lo mejor del voleibol cubano en un futuro, es un sueño que comienza y pienso que tenemos derecho a ello, que se puede lograr. Hay que soñar y hacer realidad que podemos clasificar para los Juegos Olímpicos y la cita regional en Barranquilla es parte de esta meta que nos hemos propuesto».