Por Jose Antonio Fulgueiras
Santa Clara, Cuba, 6 oct (Prensa Latina) La atleta Alina Expósito, campeona centroamericana de florete en Puerto Rico 1966, repudió hoy aquí el crimen perpetrado a esgrimistas cubanos, al explotar un avión que despegaba del aeropuerto de Barbados.
El 6 de octubre de 1976 estalló en pleno vuelo una aeronave de Cubana de Aviación, donde viajaban 73 personas, de ellos 24 miembros de la delegación deportiva de la isla que regresaba de Venezuela, donde habían obtenido todas las medallas de oro en el Campeonato Centroamericano de Esgrima.
'Los terroristas de origen cubano Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, amparados por el Gobierno de Estados Unidos, emplearon a los venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo para la colocación de las bombas dentro del avión, en el que perdieron la vida valiosos compañeros míos', dijo a Prensa Latina la otrora esgrimista.
Integrante de la selección cubana de esgrima de 1966 a 1968, fue compañera de equipo en los X Juegos Centroamericanos y del Caribe de Puerto Rico de dos de los mártires de Barbados: el espadista Orlando López y el floretista y sablista Luis Morales, ganadores también de la medalla de oro en ese evento.
'Morales, a quien le decíamos Villito, era una persona muy alegre, muy cubano, con mucha experiencia en la técnica de la esgrima, conocimientos que diariamente nos trasmitía. También fue amiga de las víctimas Demetrio Alonso, que asistía al evento al frente de la delegación, del armero Jesús Gil, y de Leonardo Mckenzie', agrega.
Expósito, también medallista de Plata en los Panamericanos de Winnipeg 1967, ingeniera mecánica de profesión, señaló que la noticia del atentado 'ha sido uno de los momentos más impactantes de mi vida. Aunque han pasado 43 años, aún tengo en mi pupila el semblante de mis compañeros caídos', expresa.
Ella le parece estar viendo al líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, cuando pronunció uno de sus más vibrantes discursos, en el que expresó que las medallas de oro de estos deportistas no yacían en el fondo del océano, se levantaban ya como soles sin manchas y símbolos en el firmamento de Cuba.