La Habana, 21 Mar (JIT) Luego del anuncio del Inder sobre suspender todos los eventos domésticos, la realización íntegra del Campeonato Nacional de Sóftbol (m) era casi imposible.
El certamen fue detenido tras cuatro jornadas de las 10 pactadas inicialmente, y las posiciones finales se determinaron por el ordenamiento de los seis equipos participantes en la lid, lo cual terminó por beneficiar a la selección de Ciego de Ávila, que regresó al trono tras perderlo en 2018.
Los de la tierra de la piña acumularon similar balance que el rey de las dos últimas ediciones, Santiago de Cuba, pues ambos concluyeron con seis sonrisas y un descalabro.
El punto de quiebre estuvo en el duelo entre ellos, en el cual los indómitos vencieron 4x1 y los avileños lo hicieron por la vía del KO (9x1). Esas cinco anotaciones fueron la diferencia entre el oro y la plata.
Lógicamente, no podemos decir que sea justo, pues no se llegó a completar la primera ronda de la etapa clasificatoria.
Por mucho que duela, había que detener el torneo. En tiempos en que el coronavirus amenaza con extenderse, no era prudente seguir adelante con un evento de este calibre.
Incluso, se podría pensar que lo vivido en el estadio Salvador Viña, de la Ciudad Héroe, fue producto del karma. Sí, porque el pasado año los santiagueros vencieron sin tener que jugar la final, ya que la lluvia impidió el choque decisivo precisamente contra Ciego de Ávila y las reglas del torneo les otorgaron el título por haber triunfado en el duelo entre ambos en el sistema Page.
El tercer lugar del torneo fue para el representativo de La Habana, con balance de 4-2.