La Habana, 6 jun (PL) A sus 22 años, Ángel Pacheco es considerado hoy una de las mayores promesas de la lucha grecorromana y su juventud augura grandes triunfos en la división más exigente entre los deportes de combate en Cuba.
Con cerca de 1.90 metros de altura, Pacheco marca en la báscula alrededor de 130 kilogramos, un peso de la modalidad clásica que lo hace contrincante directo de dos de los mejores gladiadores del planeta: Mijaín López, tres veces campeón olímpico, y Oscar Pino, triple medallista mundial.
A pesar de estar en tierra de fieras, el nacido en esta capital poco a poco se acerca a la fuente del éxito, con la meta de saciar una sed de victoria casi incontrolable: 'No dejo de entrenar y esforzarme, esa es mi mentalidad', dijo en exclusiva a Prensa Latina.
La lucha llegó a su vida y fue como encontrar el amor verdadero, aunque -reveló- el béisbol también pudo estar en su camino. 'De no haber sido luchador, era pelotero, sin dudas', afirmó tras una sesión de entrenamiento, en casa, como exigen las actuales condiciones sanitarias.
Saltos, pesas y ejercicios de elasticidad fueron algunas de sus rutinas para conservar la forma física, como demanda su preparador, Raúl Trujillo, con quien mantiene comunicación directa en pleno periodo de aislamiento a causa del coronavirus SARS-Cov-2.
'No puedo perder el camino', expresó en comunicación a través de las redes sociales. 'Tenemos varios compromisos internacionales por delante y solo esperamos el fin de esta situación para entrarle con ganas al colchón. Vamos paso a paso, sin apuro, enfocados', refirió el rey panamericano de la disciplina de Ottawa 2020.
Precisamente, la actuación en esa lid continental colocó su nombre entre los principales hombres de la categoría. Una serie de decisiones estratégicas abrió espacio para su presencia, pues Mijaín López se reservaba para los pospuestos Juegos Olímpicos y Oscar Pino buscaba una plaza para Tokio en el estilo libre.
'Fue un gran orgullo representar a Cuba y obtener la medalla de oro. Eso demostró que puedo imponer mi talento', refirió Pacheco. 'Tendré una mejor posición para competir en el Mundial categoría sub 23, el próximo gran objetivo'.
El talento de cuna es innegable, pero no hay dudas en que practicar junto a López, cinco veces titular universal, y Pino eleva sus capacidades: 'Es una posibilidad que pocos deportistas tienen, el poder entrenar con dos extraclases. A ellos siempre les agradezco por mis resultados recientes y solo espero seguir sus pasos'.
Hasta aquí todo parece perfecto, sin embargo, la historia se complica cuando se analiza profundamente el contexto: López, de 37 años, debe retirarse en 2021, y Pino (26) quedará como la principal figura de la isla, pues no está entre sus prioridades convivir entre libristas.
'Será una situación difícil y exigirá mucho más de mí. Yo también sueño con estar en unos Juegos Olímpicos y París 2024 figura en mi camino. Como compañeros de equipos, vamos a luchar y viajará quien salga ganador; pero por ahora, estoy muy satisfecho con su ayuda', puntualizó.
Bailador de salsa y amante del color azul, Pacheco reconoció que aún debe mejorar varios aspectos: la técnica y la fuerza son elementos prioritarios en busca de ser invencible.
Empero, tales detalles no menoscaban su actualidad y sí exigen sacar a flote ese plus siempre necesario de los campeones de raza pura, de aquellos que muestran ansias de triunfos y viven de ilusiones, como Pacheco, un digno estandarte de la lucha cubana, cuna de verdaderas leyendas entre tackles y desbalances.
(Periodista Por Jhonah Díaz González )