Rodrigo Alvarez Cambra
La Habana, 3 mar (RHC).- El eminente ortopédico Rodrigo Álvarez Cambra, quien salvó las cerreras de decenas de deportistas cubanos, falleció el jueves en La Habana, a los 88 años de edad.
Álvarez Cambra consagró su vida al estudio y desarrollo de la ortopedia y la traumatología, la investigación y la formación de las nuevas generaciones en esas especialidades en Cuba y el mundo.
Su gran obra también se vincula estrechamente al deporte cubano. Atendió y salvó las carreras de centenares de deportistas lesionados y varios campeones olímpicos.
Fue reconocido con la distinción de Héroe del Trabajo de la República de Cuba y varias condecoraciones, medallas y homenajes. Recibió, además, el título de Especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología, el de Doctor en Ciencias Médicas, el de investigador de mérito, el de doctor honoris causa de varias universidades de América Latina y el de profesor honorario y emérito de universidades prestigiosas del mundo.
Presidió la Sociedad Cubana de Ortopedia y Traumatología durante varias décadas. Fue miembro de honor y titular de múltiples sociedades científicas internacionales. El doctor Álvarez Cambra cumplió importantes misiones internacionalistas y otras de alta sensibilidad en la salud.
Rodrigo Álvarez Cambra nació el 22 de diciembre de 1934 en Candelaria, Pinar del Río. Durante la tiranía de Fulgencio Batista participó en manifestaciones y protestas estudiantiles.
Cuando cerró la Universidad en 1956, consiguió trabajo en el Hospital Calixto García. Después del Triunfo de la Revolución reanudó sus estudios y se graduó en 1964.
Fue enviado a Francia por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz para comenzar estudios de posgrado. Tras su regreso, asumió la dirección del hospital ortopédico Frank País y lo convirtió en el Complejo Científico Ortopédico Internacional Frank País.
Su cadáver será expuesto en la funeraria de Calzada y K, este jueves, a partir de las 8:00 p. m. En los próximos días se homenajeará al profesor en el Hospital Ortopédico Frank País, al que dedicó toda su vida.
Tomado de Cubadebate