Foto: Roberto Morejón, enviado especial
La Habana, 4 ago (JIT) El debutante Erislandy Álvarez (63,5 kg) emitió hoy una señal de consagración al avanzar a la final del torneo de boxeo de los Juegos Olímpicos de París 2024 en fecha de reverencias para un Arlen López (80 kg) que regresará a casa con medalla de bronce.
Erislandy, subtitular mundial de Taskent 2023, fue todo dominio sobre el encerado y puso especial énfasis en el cierre con que selló el 5-0 de los jueces, que en su totalidad le vieron ganar los tres asaltos. De ahí el fallo de 30-26, 30-27, 30-26, 30-27, 30-27.
«Ya dimos el penúltimo de los pasos que nos propusimos y ahora vamos con todo por el oro», dijo el cienfueguero luego de celebrar por cuarta vez en una North Paris Arena donde este domingo estuvo bien en las tres distancias y manejó a su antojo el ritmo del combate.
Así lo demostró en el acto conclusivo, cuando pese a saberse con ventaja incrementó su ataque, «porque siempre busco dejar una buena imagen final y evitar dudas entre los jueces» y cumplió a plenitud el objetivo de disfrutar mientras hacía los deberes.
Sin la presión del estreno, se declaró en óptima forma pese al esfuerzo acumulado durante una semana, «enfocado desde ya en la próxima pelea, que será la más importante», y «contento por la posibilidad de optar por la medalla que deseamos para el pueblo cubano».
Hacer realidad ese sueño le exigirá desquitarse el miércoles ante el ídolo local Sofiane Oumiha, quien el pasado año le derrotó por el cetro universal de los 60 kilos y acumula otros dos lauros de ese tipo y plata en la cita bajo los cinco aros de Río de Janeiro 2016.
REVERENCIAS PARA ARLEN
Se sabía difícil la tarea de Arlen, quien buscaba aquí una tercera coronación a este nivel y tuvo como oponente al ucraniano Oleksandr Khyzhniak, una auténtica “maquina” de tirar golpes que fue segundo en Tokio 2020 y lideró en la justa del planeta de 2017.
El hijo ilustre de Guantánamo cubrió un buen primer acto, en el que cuatro de los cinco oficiales le vieron mejor, pero desde el intermedio el europeo comenzó a cortarle la distancia, para llevar los intercambios a su terreno, y el voto fue para él 3-2.
Fiel a su alma de guerrero, el astro de la Isla intentó revertir el panorama en el capítulo del adiós, y se regaló un final de impactos efectivos que muchos creyeron suficiente. Sin embargo, el veredicto fue completo para Khyzhniak y el saldo global le favoreció 3-2.
Arlen, convertido desde su salida anterior en el segundo cubano con preseas de este tipo en tres divisiones de peso, prefirió no dialogar con los reporteros, ante los cuales pasó veloz, con lágrimas de frustración en sus ojos.
Era la huella del adiós al sueño tanto tiempo acariciado en jornadas de muchos sacrificios, esos desde los que también fraguó otros éxitos, incluido el título mundial de 2015, para ganarse un puesto entre los grandes, más allá del dolor por este revés.