Liadagmis Povea
La Habana, 11 ago (RHC).- Bajó el sábado el telón del atletismo en París-2024. El Stade de France inmortalizó actos memorables. Pero la puesta en escena de Cuba dejó un sabor amargo y nostalgia por grandes obras de antaño.
Por vez primera en 60 años, el atletismo de Cuba regresará a casa sin medallas de un concierto bajos los cinco aros, con apenas tres finalistas.
En uno de los deportes más laureados de la isla en la historia olímpica (45 medallas, 11 de ellas doradas), sus representantes del campo y pista solo pudieron avanzar a tres finales y en la misma especialidad, el triple salto.
Liadagmis Povea, Leyanis Pérez y Lázaro Martínez alcanzaron diplomas olímpicos - entre los 8 mejores-, al margen de que la segunda no se acomodó nunca al traje de vedette de la obra.
Tampoco menospreciar actuaciones como las de Daily Cooper (800m) y Roxana Gómez (400), con marcas personales rozando finales, y de la batalladora Rose Almanza, también con su tope de la temporada en sus cuartos juegos olímpicos.
Mención igualmente para el joven Reinaldo Espinoza, mostrando credenciales en la pista a sus 21 años y Luis Zayas, cerca de alcanzar otra final al máximo nivel tras una temporada muy golpeado por lesiones.
Pero por H o por B, los demás atletas (el grupo fue de 18 menos 1 que al final no viajó) quedaron lejos de sus marcas y algunos con faenas para el olvido.
Sería iluso pensar en los tiempos que corren emular las hazañas de Alberto Juantorena, Javier Sotomayor, Iván Pedroso, María de La Caridad Colón, Olisdeily Menéndez, Anier García, Dayron Robles, Maritza Martén, Yumileidi Cumbá, Ana Fidelia Quirós, Yipsi Moreno, y otros, pero no resulta una quimera seguir aspirando a resultados, al menos, decorosos.
Talento y voluntad existen, pero se necesitan más recursos técnicos y financieros, y una política cada vez más inteligente a tono con los nuevos tiempos, y cada vez más inclusiva hacia los grandes protagonistas de la obra, los atletas.