Por:Neisa Mesa del Toro
Ciego de Ávila, Cuba (RHC) La Güira es un lugar emblemático de Cayo Coco, en el litoral norte de la región central de Cuba, donde la naturaleza está ligada a la historia y las costumbres de la región.
Calificado como uno de los importantes espacios recreativos del destino turístico Jardines del Rey, lo identifica la rica diversidad de la flora y la fauna, con unas 300 especies vegetales, 236 de aves y otro grupo de animales terrestres.
Tradición y naturaleza se unen para mostrar las costumbres y el modo de vida de los carboneros, primeros pobladores de la cayería, ubicada en la central provincia de Ciego de Avila.
Aún, en el lugar permanecen las ruinas del antiguo asentamiento, donde radicaban alrededor de 600 hombres a principio del siglo XX, cuando la producción de carbón vegetal tenía gran auge.
El material combustible obtenido lo almacenaban en varias bodegas, luego lo transportaban en barcos hasta La Habana, donde tenía demanda entre los habitantes, quienes lo utilizaban en la cocción de alimentos.
La Güira tiene la característica de que brinda la posibilidad de observar tres ecosistemas: bosques, manglares y lagunas interiores, cada uno con su fauna asociada.
Sobresale por la abundancia y la variedad de especies vegetales entre las que prevalece el árbol de la güira, cuyo fruto fue usado antaño para hacer vasijas y artículos de cocina, y que hoy los artesanos la emplean para recrear diversos objetos utilitarios.
Según narra Reinaldo Abreu, guía del sitio, existen curiosidades botánicas, como el helecho que resucita (doradilla en algunos países), planta que en el período seco prácticamente se muere y, al suministrarle agua, a los 25 o 30 minutos adopta un verde intenso.
Otra es la maboa, un tipo de arbusto que según el científico botánico cubano Juan Tomás Roig, la utilizaban los aborígenes para untarla en la punta de la lanza cuando combatían contra sus enemigos, especie que sólo habita en Cayo Coco y Cayo Judas.
Una gran gama de flores silvestres y numerosas plantas ornamentales crecen en ese entorno, entre ellas el brazalete, el macío, el roble, la malagueta o Jacinto de agua, y diferentes géneros de lotos.
Paseos a caballo, fiestas campesinas y senderismo con bajo grado de dificultad para la observación de aves y otras especies de animales, están entre las propuestas que ofrece el grupo extrahotelero cubano Palmares.
Uno de los caminos conduce hasta una de las playas visitadas por el escritor estadounidense Ernest Hemingway (1899 -1961), Premio Nobel de Literatura 1954, durante su bojeo por la costa norte cubana, escenario que un día inmortalizó en su famoso libro Islas en el Golfo.
Durante el recorrido es frecuente encontrar en la rama de árboles varios tipos de aves como periquitos, negritos, chichinguaco, zunzún y hasta una exclusiva subespecie de cabrerito de la ciénaga.
Entre las exclusividades está el chipojo azul o caguayo azul, el cual también se registra en Cayo Santa María, el que se puede observar en las ramas de un soplillo, un almacigo o en cualquier otro árbol alto. Descubierto por especialistas del Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros, el animalito mide 25 centímetros de largo y sale una vez al día, siempre en horas del mediodía.
También entre las atracciones se encuentran el típico bohío, hecho de madera y hojas de palma; una pequeña área con plantas de café y un horno para la producción de carbón vegetal son algunos de los elementos que revelan las costumbres de los campesinos en Cuba.
Ahora se trabaja para rescatar los guateques campesinos, fiesta en la cual se improvisa, canta y baila al son de ritmos de la música tradicional de la campiña cubana, amenizadas por poetas y conjuntos de la provincia avileña.
Visitar el Sitio La Güira es como despegarse de las ataduras de la vida cotidiana y viajar hacia lo natural rodeado de flora y fauna de extrema belleza, experiencia única para entrar en contacto directo con lo más interesante del paisaje cubano. (Fuente:PL)