Segundo Frente, 27 nov (RHC) El complejo Las Terrazas, a poco más de 50 kilómetros al oeste de La Habana, es un exitoso proyecto turístico rural de desarrollo sostenible dado por la satisfacción expresada por sus visitantes.
De acuerdo con el subdirector comercial del sitio, Yosvany Castillo, este territorio destina cerca del 16 por ciento de las utilidades generadas por el turismo en mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
Detalló que existe un sistema que incluye una dirección comunitaria dedicada a conocer e intercambiar con la población sobre sus principales necesidades y dificultades, teniendo en cuenta la sostenibilidad del territorio.
Justo en eso radica su singularidad, manifestó el funcionario, pues la mitad de las personas que viven en el sitio están involucradas en la actividad turística y poseen un profundo sentido de pertenencia. “Cada persona que atiende al visitante se siente dueño del lugar y trabaja en función de la satisfacción de los usuarios”, precisó.
Este complejo tiene grandes atractivos naturales y hay varios tipos de turismo que se pueden desarrollar en la zona como el comunitario y el de aventura.
Para quien prefiera esta última modalidad está diseñado el canopy tour que cuenta con seis tramos de cable gracias a lo cual el cliente puede deslizarse por encima de áreas boscosas y de la misma comunidad.
Asimismo, se puede practicar la observación de aves de más de 100 especies, disfrutar de baños en ríos, u optar por un paseo en bote por sus lagos.
Nuestro principal mercado procede de Europa, los alemanes, por ejemplo, gustan mucho de la naturaleza, del contacto directo con la flora y la fauna y de hacer cabalgatas a caballo, por solo mencionar unas pocas actividades, añadió Castillo.
Las Terrazas, perteneciente a la provincia Artemisa, está ubicada en la Reserva de la Biosfera de Sierra del Rosario, primera de su tipo declarada en Cuba en el año 1985.
El complejo se funda en 1994, en coincidencia con la inauguración del Hotel Moka y en correspondencia con los atractivos del sitio con variedad de flora y fauna e ideal para la práctica del senderismo.
Dentro de estas actividades, ponderó Castillo, una de las más singulares es la visita a la ruina del cafetal francés Buena Vista que data del siglo 19, desde donde el turista puede apreciar una vista panorámica gracias a su altura de 240 metros sobre el nivel del mar y degustar la comida típica cubana. Como parte de un proyecto de reforestación que comenzó en el año 1968, en esta localidad se sembraron más de siete millones de árboles maderables y frutales y la actividad forestal se desarrolla a través de un sistema de terrazas. (Fuente: PL)