Buenos Aires, 11 abr (RHC) Los rígidos lineamientos que impone el Fondo Monetario Internacional (FMI) al gobierno de Argentina para estabilizar la economía, que atraviesa una de sus peores crisis, deteriora la creación de empleos al caer el consumo y derrumbarse la actividad industrial, entre otros factores.
A esta situación se añade la constante subida de costos y de tarifas de servicios públicos, que golpea no sólo al desempleo sino socava los ingresos de la población más vulnerable económicamente. La pobreza se situó el año pasado en el 32 por ciento, más de siete puntos porcentuales que al anterior.
La cifra de desempleo, tomando en cuenta el 9.2 por ciento registrado en 2018 en vez de disminuir se mantendrá en alza como mínimo hasta 2020, de acuerdo con cifras oficiales
Según proyecciones del FMI, el desempleo en el país suramericano seguirá al alza y se situará en 9.9 por ciento para 2019 y el siguiente año también registrará una caída similar.
"Se proyecta una mayor contracción en el primer semestre de 2019, a medida que la demanda interna se ralentiza con políticas más estrictas (ajuste) para reducir desequilibrios, volviendo a crecer en el segundo", indicó un reporte reciente del FMI.
La galopante inflación y la baja en el consumo obliga a las empresas a emprender despidos masivos, lo que contribuye a una espiral negativa que afecta de manera directa el crecimiento de la economía y la creación de empleos.
El efecto devastador de la economía bajo el mando del FMI se revela también en la caída de la inversiones, desequilibrio en las finanzas, alto déficit en la cuenta corriente, caída en la recaudación tributaria, que se traduce en las estadísticas del mercado de trabajo: aumenta la desocupación, la precarización y la informalidad laboral.
(Telesur)