Quito, 26 jul (RHC-PL) El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, informó que 68 mil familias están inscritas en el Registro Único de Damnificados del terremoto del pasado 16 de abril, lo cual equivale a unas 231 mil personas.

Durante la exposición de un informe sobre los avances en reactivación y reconstrucción en las provincias de Esmeraldas y Manabí, 100 días después del sismo, el vicemandatario garantizó que 10 mil 471 familias han sido beneficiadas con los bonos de acogida y alimentación.

Los cálculos más recientes realizados en base a una metodología internacional revelan que el movimiento telúrico de 7,8 de magnitud en la escala de Richter dejó 671 muertos, de ellos 23 extranjeros, 113 personas fueron rescatadas con vida y cuatro mil 859 recibieron atención de salud en las primeras 72 horas.

Glas agradeció los esfuerzos de los rescatistas, la inmediata respuesta del sistema de salud, de los equipos técnicos para la recuperación de servicios básicos en los distintos poblados y la organización de la ayuda internacional para enfrentar los primeros días.

Los resultados son importantes pero nunca serán suficientes, sostuvo luego de destacar el trabajo permanente de las autoridades en Manabí y Esmeraldas, las provincias más afectadas por el devastador terremoto.

Al momento, 26 albergues oficiales instalados por el gobierno brindan resguardo a ocho mil 679 personas, en total dos mil 246 familias, mientras se reconstruyen sus hogares.

No caben aplausos mientras exista una familia que no tenga donde vivir, apuntó.

De acuerdo con Glas, las continuas réplicas del sismo han impedido que la recuperación fluya con tranquilidad.

El Instituto Geofísico registra hasta este martes dos mil 284 réplicas, de ellas 31 superiores a magnitud cinco en la escala de Richter y nueve por encima de seis.

Según confirmó el funcionario, los cálculos oficiales a partir de una metodología internacional constatan que las pérdidas materiales del movimiento telúrico del 16 de abril costarán al país más de tres mil 300 millones de dólares y las labores de recuperación tomarán al menos tres años.

El vicepresidente subrayó el compromiso de su gobierno de dejar mejor que antes a Esmeraldas y Manabí, e insistió en no ver la afirmación como una declaración demagógica pues los planes de reconstrucción incluyen infraestructura que antes del sismo no existían en varios pueblos.

Uno de los ejemplos citados fue el del cantón manabita de Jama, cuya reconstrucción incluye agua potable y alcantarillado, elementos de los que carecía.

Debe constituirse en un desafío nacional que no se hable del terremoto en Ecuador, sino de Ecuador de pie después del terremoto, enfatizó Glas.