La Habana, 10 agosto (RHC)- El senador estadounidense Bernie Sanders condenó hoy el proceso contra la presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, que parece un golpe de Estado, e instó al Gobierno de EEUU a pedir que haya elecciones democráticas en ese país para resolver el conflicto.
Sanders, que fue el rival de Hillary Clinton en las elecciones primarias del Partido Demócrata de EEUU para la Presidencia, afirma en un comunicado que está profundamente preocupado por los esfuerzos para alejar del poder a la presidenta elegida democráticamente.
Para muchos brasileños y observadores, el controvertido proceso contra Rousseff en el Senado, se parece más bien a un golpe de Estado, indica el senador de EEUU.
"El intento de alejar del poder a la presidenta Rousseff no es un juicio legal, sino político. Estados Unidos no puede quedarse en silencio mientras las instituciones democráticas de uno de nuestros aliados más importantes son socavadas", argumenta Sanders.
Estados Unidos debe "ponerse del lado de las familias trabajadoras de Brasil y demandar que esta disputa se resuelva con elecciones democráticas", opina el legislador.
Según Sanders, la suspensión de "la primera mujer presidenta de Brasil" se produjo "por motivos dudosos", y el nuevo Gobierno interino asumió el poder "sin un mandato para gobernar" y "abolió el Ministerio de Mujeres, Igualdad Racial y Derechos Humanos", además de anunciar un gabinete "compuesto únicamente por hombres blancos".
"La nueva Administración, que no ha sido elegida, anunció rápidamente planes para imponer medidas de austeridad, aumentar las privatizaciones e imponer un programa social de extrema derecha", agrega el senador.
Sanders no es el primer legislador estadounidense en expresar su preocupación por la situación de Brasil: A finales de julio, un grupo de 40 congresistas demócratas escribieron al secretario de Estado de EEUU, John Kerry, para pedirle que tuviera "el máximo cuidado en sus relaciones con las autoridades interinas de Brasil".
Kerry visitó Río de Janeiro la semana pasada y se reunió con el nuevo ministro de Exteriores brasileño, José Serra, sin hacer en sus declaraciones públicas ninguna referencia a la inestabilidad política de Brasil y subrayó el interés de Estados Unidos en seguir su cooperación con el Gobierno de Brasilia en varios campos.
Desde que comenzó el proceso contra Rousseff, la Casa Blanca y el Departamento de Estado se han limitado a reiterar su "confianza en la capacidad de las instituciones democráticas de Brasil para superar la agitación política" actual.
(EFE)