Madrid, 3 oct (PL) El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), controlado por una gestora tras la dimisión de su líder, Pedro Sánchez, rehusó pronunciarse sobre la postura que adoptará ante una eventual investidura del conservador Mariano Rajoy.
En una rueda de prensa, el jefe de la dirección interina del PSOE, Javier Fernández, reconoció que la gobernabilidad de España, con un ejecutivo en funciones desde hace más de nueve meses, está en manos de la principal fuerza de la oposición.
"Cualquier solución a la gobernabilidad pasa por el PSOE", remarcó el también presidente de la región de Asturias (norte), tras la primera reunión celebrada por la comisión gestora, que asumió las riendas de la agrupación el sábado luego de la renuncia de Sánchez.
Aunque recordó que sigue vigente la resolución del Comité Federal -máximo órgano del partido entre congresos- de rechazar un nuevo gobierno del derechista Partido Popular (PP), Fernández dijo que unas terceras elecciones en un año serían "la peor solución" para el país.
No obstante, aclaró que "una abstención no es lo mismo que un apoyo", al ser preguntado de manera insistente por la prensa sobre si los socialistas mantendrían la postura de su otrora secretario general, contrario a facilitar, por activa o pasiva, otra administración del PP.
Afirmó que el órgano que dirige "no es una dirección política", motivo por el cual corresponderá al Comité Federal, considerado el parlamento de la centenaria agrupación socialdemócrata, fijar una posición respecto a una hipotética investidura de Rajoy, enfatizó.
"Hagamos lo que hagamos, es evidente que el PSOE tiene un problema y asume un desgaste", admitió Fernández, quien expresó sus dudas de si hay alternativa a abstenerse o no para evitar unos nuevos comicios, tras los realizados en diciembre de 2015 y junio pasado.
Hasta su dimisión, forzado por un sector crítico en una reunión el sábado que el propio Fernández calificó de espectáculo lamentable, el exlíder socialista defendió el no rotundo a permitir otros cuatro años de los conservadores en el poder.
Dividido entre partidarios y detractores de la abstención, el partido que más tiempo gobernó España en la etapa democrática deberá pronunciarse a contrarreloj, pues si antes del 31 de octubre no se forma gobierno se disolverá el parlamento y se convocará a otra cita con las urnas.
Aunque resultó el más votado en las elecciones generales del 20 de diciembre y del 26 de junio, el PP no consiguió la mayoría necesaria para gobernar en solitario, por lo que requiere del apoyo o la abstención de otras fuerzas parlamentarias para renovar mandato.
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