Washington, 11 oct (RHC) A pesar de que Donald Trump ha conseguido salir vivo del debate con Hillary Clinton, el Partido Republicano se encuentra sumido en una profunda crisis interna a menos de un mes para la celebración de las elecciones presidenciales el próximo 8 de noviembre y tienen cuatro opciones para ello.
La publicación el pasado viernes de una grabación en la que se escucha cómo el multimillonario realiza diversos comentarios vejatorios y malsonantes sobre las mujeres durante una conversación informal con el presentador de televisión Billy Bush, que data del 2005, ha sido el detonante para que numerosos legisladores, congresistas y gobernadores republicanos, así como varias figuras relevantes como John McCain o Condoleeza Rice, hayan retirado públicamente su apoyo a Trump, refiere Russia Today.
Entre las filas del Partido Republicano se baraja ahora la posibilidad de forzar su dimisión y reemplazarlo por el candidato a la vicepresidencia, Mike Pence, tal y como informó la revista estadounidense ‘Político’, que confirmó a través de varias fuentes que el fin de semana se reunieron los miembros del Comité Nacional Republicano para analizar las posibles vías de eliminar a Trump de la candidatura a la Casa Blanca. Estas son las cuatro vías que podrían utilizar los republicanos.
La vía más inmediata es la ‘Regla 9’ de los estatutos de funcionamiento del Comité Nacional del Partido Republicano (CNR), que establece que “el Comité Nacional está autorizado y tiene potestad para llenar todas y cualquiera de las vacantes que puedan surgir por causa de muerte, declinación y otras circunstancias que afecten al candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos”.
Es decir, solo se podría sustituir a Trump en caso de fallecimiento, si este renunciase voluntariamente a ser el candidato republicano – algo que ha rechazado tajantemente – y por “otras circunstancias” que, según los expertos, pasan porque el magnate sea declarado incapacitado. Y es en este punto, en el que algunos han visto un interpretación más amplia de lo que significan “otras circunstancias” para tratar de eliminar a Trump de la carrera presidencial.
Sin embargo, tal y como explicó el abogado Jim Dopp al diario ‘The Guardian’, “El CNR no tiene autoridad para quitar a un candidato a presidente o vice-presidente. Sólo tiene autoridad para cubrir una plaza libre, si esta surgiera”. Por tanto, la ‘Regla 9’ está concebida para llenar vacantes, no para crearlas.
El experto en politica James Heaney ha explicado en su blog que los republicanos también podrían optar por modificar la ‘Regla 9’ utilizando, para ello, la ‘Regla 12’, que dice que con una mayoría de tres cuartos se puede presentar una enmienda a las normas de funcionamiento del partido. “Esto significa que un miembro del partido podría proponer una enmienda para añadir una cláusula de moral a la ‘Regla 9′”, explica Heaney.
El proceso no es nada simple. Después de que un miembro proponga la enmienda, el partido tendría que esperar 10 días hasta que el Comité Permanente de Reglas aprobase la enmienda, que requeriría mayoría simple. En este caso, la propuesta pasaría al CNR, donde necesitaría una mayoría de tres cuartos para ser aprobada. Si esta situación se diese, tres días después podrían elegir un nuevo candidato.
Sin embargo, tal y como apunta Heaney, este escenario es muy poco probable, ya que podría ser visto por los votantes como un golpe a la democracia y, además, podría hacer daño, – más aún si cabe – a la imagen del partido.
Rick Hasen, un profesor de la Universidad de California, ha explicado en su blog ‘Election Law’ (Derecho Electoral) que a los republicanos todavía les queda el Colegio Electoral, un recurso que define como “desesperado”.
“Cuando votamos en las elecciones generales, en realidad estamos votando a representantes de cada estado (según el criterio de tamaño de población), que luego elegirán al presidente. Si se vota por Trump en algunos estados, esos representantes podría luego elegir a Pence o Romney o a Kasich, o quien fuera”, afirma Hasen.
Pese a que hay leyes que prohiben específicamente a los representantes elegir a un candidato que no haya ganado el voto en un estado, Hasen afirma que en caso de un triunfo de Trump, el Senado, controlado por los republicanos, y los Tribunales podrían presentar objeciones.
“Todo esto es posible, pero nada probable”, añade Hasen, quien explica que para que esta situación llegue a producirse tendrían que darse una serie de acontecimientos muy poco probables, como que Trump renuncie a la carrera presidencial, el partido lo abandone definitivamente, los representantes voten de forma desleal o que Hillary Clinton obtenga menos votos que Trump.
Vikram Amar, profesor de derecho de la Universidad de Illinois, explora un escenario remoto en el que Trump continúa siendo el candidato republicano, gana las elecciones y se declara incapacitado a sí mismo para permitir que el vicepresidente, Mike Pence, asuma el cargo.
“Según la enmienda 25, el Presidente puede declararse incapacitado”, explica Amar a ‘The Guardian’. “En este caso, técnicamente, Trump será presidente pero Pence ejercería la presidencia con autoridad plena para hacer uso de todos los poderes y deberes del cargo”.
Para Amar, esta es la solución menos perjudicial para el CNR, porque no implicaría sustituir al candidato cuando las papeletas ya se han impreso en muchos estados. No obstante, esta solución necesitaría el beneplácito de Trump, quien dejaría la presidencia a Pence después de ganar las elecciones presidenciales.