Washington, 17 nov (RHC) Las autoridades de New York se negaron a participar en una fuerza para expulsar indocumentados promovida por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
El demócrata Bill de Blasio, alcalde de la Gran Manzana, se reunió ayer con el futuro mandatario y le advirtió que trabajaría para proteger a los indocumentados de la deportación, porque ataca a lo que hace grande a New York.
De Blassio recordó que la suya es una ciudad de inmigrantes por antonomasia, y ha triunfado precisamente porque se abrió a generaciones de inmigrantes que la construyeron y mantienen.
La víspera del triunfo electoral de Trump, De Blasio advirtió que el archivo de la ciudad borraría el nombre de cientos de miles de inmigrantes para impedir que fueran identificados y deportados.
El alcalde y el magnate neoyorquino han tenido varios encontronazos, aunque otras grandes ciudades también rechazaron los planes de deportación masiva, como Los Angeles, San Francisco, Chicago, Boston, Philadelphia y Washington.
A su vez, el jefe del Departamento de la Policía de Los Angeles, Charlie Beck, advirtió que sus efectivos no levantarían un dedo para ayudar a Trump a expulsar a millones de indocumentados, porque ese no es su trabajo.
Desde 1979 la fuerza policial angelina tiene prohibido detener a nadie solo para preguntarle si había entrado legalmente al país.
El pasado domingo Trump prometió expulsar del país o encarcelar a tres millones de ilegales, a quienes tildó de 'pandilleros y narcotraficantes'.