Asunción, 1 dic (RHC) Las muestras de homenaje a Fidel Castro y solidaridad con el pueblo cubano prosiguen en la sede de la embajada de Cuba en Paraguay por tercer día consecutivo.

En Asunción representantes de organizaciones políticas y sociales, parlamentarios, ciudadanos paraguayos por propia iniciativa personal y cubanos residentes en el país colmaron el recinto para firman el libro de condolencias abierto con motivo del deceso del líder revolucionario donde dejan plasmadas expresiones de respeto y destaque por la talla de Fidel calificado como el Comandante de América y faro del mundo.

También acudieron los senadores Esperanza Martínez y Carlos Filizzola y el diputado Ramón Duarte, quienes manifestaron sus sentimientos ante la pérdida y expresaron su compromiso con los trabajadores y los sectores populares, contra el modelo neoliberal, el colonialismo, la injusticia social, en la defensa del ecosistema y contra los grandes intereses del capitalismo transnacional.

De igual forma rindieron tributo al Comandante de la Revolución cubana jóvenes paraguayos graduados en nuestro país en diversas carreras universitarias, entre ellas medicina e ingeniería, así como otras personas tras haber realizado trámites consulares sobre todo pedidos de visas para visitar Cuba.

También un grupo de paraguayos graduados de medicina en Cuba llegaron a la embajada de la isla en esta capital para expresar, más que sus condolencias, el agradecimiento a Fidel Castro por haberles permitido estudiar.

No fue una simple apreciación, fue la coincidencia en lo expresado por ellos a Prensa Latina y plasmada en el libro abierto en la sede diplomática de La Habana con motivo del deceso del líder de la Revolución.

Lo dijeron directamente Paolo López y Juan Marcos Aguilar, nacidos en este suelo guaraní, pero también las hermanas Marilín y Nuria Gómez, oriundas de Honduras, quienes ahora realizan junto a ellos sus pasantías en Paraguay.

Los cuatro llenaron muchas más cuartillas de las normales, porque tenían mucho que decirle al venerado Comandante por la oportunidad que les dio de cursar una carrera, sueño nunca logrado de otra manera por sus orígenes humildes.

Con el hondo pesar fijo en sus rostros, esos recién egresados este año de la Escuela Latinoamericana de Medicina, al noreste de la capital cubana, llevaron al libro sus sentimientos de profundo respeto y admiración por la obra toda de Fidel.

Al frente de ellos otro médico paraguayocubano -como se autodenominan-, Marcos Ortiz, a quien casi nadie identifica por ese nombre, sino por el cariñoso mote de Cacique.

Pero Ortiz es más que es un galeno, porque bajo su dirección existe un amplio colectivo de 400 integrantes de esos graduados que ahora vuelcan en sus compatriotas la que califican como bondad de la Revolución.

Fiel a los principios éticos enraizados durante sus años de estudios, enseñanzas del sistema cubano de salud, ese grupo efectúa jornadas de atención gratuita a ciudadanos de escasos recursos, en diversos rincones del país.

Los galenos agrupados bajo la conducción del Cacique se turnan para ir a donde son necesarios y, con sus propios recursos, se movilizan, realizan consultas de una alta variedad de especialidades y obsequian medicamentos imprescindibles.

Más aún, entregan sillas de ruedas o muletas a quienes las requieran, incluso artículos especiales para los que padecen problemas auditivos, y van a examinar a sus propias casas a los postrados por múltiples razones.

Hace unos seis años y medio comenzó esa labor, muy incipiente entonces, pero que ya abarca una zona por mes, en fines de semana, donde atienden en el día de mil a dos mil habitantes de los más vulnerables en la sociedad, explicó Ortiz.

Otorrinolaringólogos, traumatólogos, pediatras, neumólogos, clínicos, médicos generales, se unen en esas jornadas que para ellos es la manera justa de ejercer la medicina aprendida en la isla caribeña.

Y de esa forma, con satisfacción, señaló Paolo, llegaron hoy a la embajada para decirle a Fidel que están cumpliendo con su legado, con sus enseñanzas de humanismo y de entrega desinteresada al bien de sus semejantes.