Al menos 18 mil 500 migrantes perdieron la vida en los últimos tres años, siete mil 495 de ellos en 2016, según datos preliminares divulgados hoy por la Organización Internacional para las Migraciones -OIM.
En un reporte, la agencia integrada al sistema de las Naciones Unidas precisó que las víctimas fatales en los cinco continentes, durante el intento de llegar a otros países, aumentaron de manera sin precedentes el año pasado, sobre todo al compararlas con las conocidas en 2014, cinco mil 267, y 2015, cinco mil 740.
Se trata de estadísticas impactantes, casi 20 seres humanos muertos o desaparecidos cada día, advirtió desde Ginebra el director general de la OIM, William Lacy Swing.
De acuerdo con el funcionario, las cifras de hombres, mujeres y niños que perdieron la vida en su condición de migrantes es seguramente mucho mayor, pese a las mejores posibilidades en la actualidad de la Organización para registrar los casos fatales.
"Debemos actuar en función de una migración legal y segura para todos, no podemos seguir simplemente contando", subrayó.
El reporte preliminar de la OIM refleja que la mayoría de los fallecimientos y desapariciones ocurrieron en el mar Mediterráneo, vía utilizada a diario por miles de personas que tratan de llegar a Europa para escapar de la violencia y la pobreza en el Medio Oriente, el Norte de África y zonas de Asia.
De los 18 mil 501 migrantes que perdieron la vida entre 2014 y 2016, 12 mil 135 lo hicieron en el Mediterráneo.
El Sudeste de Asia fue en esos tres años la segunda parte del planeta más afectada.
Sin embargo, el Norte de África la desplazó en 2016, en buena medida por la utilización de las costas de Libia como un importante lugar de partida hacia Italia y Grecia, los principales puntos de entrada de migrantes y refugiados en el viejo continente.
La ONU insiste en la urgencia de adoptar respuestas integrales al fenómeno, que tengan en cuenta los derechos humanos y la atención a las causas raigales, como la solución de los conflictos existentes en Siria, Iraq y Afganistán.